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ATTA ATTACK MANHATTAN

Aviones sobre Manhattan

Aviones sobre Manhattan

El informe de la comisión oficial que investigó los atentados del 11-S señala un dato llamativo: “arquitectura” fue el nombre que el comando de Al Qaeda asignó al objetivo de las Torres Gemelas (“artes”, paradójicamente, el que correspondió al Pentágono). Tal elección explica la principal motivación del acto suicida: acabar con la estructura que simbolizaba el orden global del momento, la “arquitectura” del mundo. El World Trade Center se elevaba sobre las redes económicas y comerciales, las relaciones de poder y los circuitos de significados globales. Su destrucción inaugura nuevos recorridos donde la violencia terrorista, tantas veces evocada en los cómics, el cine o la literatura, impone una nueva forma de entender la ciudad.

Corre el año 1908 cuando una de las revistas ilustradas de más tirón entre el público lector del momento, el Pall Mall Magazine de Londres, publica por entregas The War in the Air, la más reciente novela de Herbert George Wells. En ella, el padre de la ciencia ficción relata un ataque masivo de aviones y dirigibles sobre las torres de Manhattan como anticipo de la nueva espacialidad y su disputa por el dominio de los cielos (dos puntualizaciones: los primeros rascacielos datan de finales del siglo XIX. Los hermanos Wright realizan su primer vuelo sostenido, controlado y propulsado mecánicamente en 1903). La metrópolis del siglo XX ya no se conquista desde la calle, ni cavando trincheras en los bulevares, ni desde los sótanos de los complotados: la ciudad contemporánea se conquista desde las alturas. La descripción de Wells del caos que reina en las calles de Manhattan tras el ataque, el primer ataque sobre una ciudad de una aviación imaginaria, resulta intercambiable por el relato que sucedió al 11-S:

“El bajo Manhattan se convirtió rápidamente en una caldera de llamas rojas de la que no se podía escapar. Coches, trenes, ferries, todo dejó de funcionar y ni una sola luz, más allá de la luz del incendio, iluminó el camino de los confusos fugitivos en ese oscuro caos. […] Por muchas generaciones N ueva York no fue consciente de la guerra, la consideraba como algo que ocurría lejos, que afectaba los precios y ocupaba los periódicos con excitantes titulares y fotografías. Los neoyorkinos sentían que la guerra era algo imposible en su propia tierra […]. Contemplaban la guerra como quien mira la historia, a través de una bruma irisada, sin olor, incluso perfumada, con toda su crueldad esencial convenientemente oculta”. (citado en Mike Davis: “The Flames of New York”. New Left Review 12, Nov-Dec 2001, 34).

Las ilustraciones de A.C. Michaels que acompañan al texto tampoco ofrecen dudas sobre el tamaño de la amenaza y las nuevas fuerzas que colisionan en la era de la tecnología. Los aviones atacan a los edificios, las fabulosas maquinarias modernas se enfrentan en un duelo ajeno a las muchedumbres que antes protagonizaban las escenas de asedio a la ciudad (los jinetes ocupantes cargando sobre la multitud en armas, las barricadas levantadas con adoquines frente a un ejército en formación). Los hombres de las ilustraciones de Michaels, apenas visibles, asisten inermes a la lucha titánica que se desarrolla sobre sus cabezas. En este teatro la única respuesta posible, como aparece en la novela de Wells,  es la huida y, tras la llegada de la calma, la entrega a la explosión colectiva de un elemental y ciego espíritu patriótico:

A un mundo pacíficamente construido sobre el armamento y la perfección de lo s explosivos llegó la guerra […]. El efecto inmediato sobre Nueva York […]  fue precisamente excitar su normal vehemencia. Se juntaron enormes multitudes […] para escuchar y jalear discursos patrióticos, y hubo una verdadera epidemia de pequeñas banderas y pins […], hombres fornidos lloraron a la vista de la bandera nacional […], creció enormemente el comercio de pequeñas armas… y fue peligroso no llevar alguna señal de apoyo a la guerra” (Davis, 35).

The War in the Air anuncia uno de los sueños autodestructivos inconfesables, que de un modo más recurrente han acompañado la historia moderna de Nueva York y, por extensión, de la ciudad contemporánea desde que se convierte en campo de batalla y objetivo de la guerra aérea (cuyo momento culminante, como señala Paul Virilio, se alcanza en los bombardeos sistemáticos de la II Guerra Mundial). Aunque inscritos dentro de esta lógica, los atentados del 11 de Septiembre componen un escenario donde los nuevos lenguajes digitales trasladan el impacto de la catástrofe real a su capacidad simbólica para generar imágenes que se extiendan sobre la red de signos global. El 11-S ejerce, en el terreno de la producción de signific ados y la creación de nuevos paradigmas geopolíticos, una fuerza expansiva inversamente proporcional al daño real causado, incomparable al de ataques aéreos anteriores, como el de Hamburgo de 1943 (con más 40.000 muertos) o el de Tokio de 1945 (que provocó unas 100.000 víctimas). De este modo, el atentado terrorista que más explícitamente pretende negar las dinámicas de la globalización adquiere su plena dimensión en la fidelidad con la que actúa, contradictoria pero inevitablemente, desde dentro de los lenguajes virtuales que pretende destruir.

Escena final de Born in Flames, de Lizzy Borden (1983).

Según cuenta Martin Amis, el escritor inglés más celebrado en la actualidad y uno de los mejores analistas del suceso, Mohammed Atta, jefe del comando suicida, barajó como uno de los objetivos prioritarios para la mañana del 11 de Septiembre una central nuclear cercana a Nueva York a la que había bautizado como “ingeniería eléctrica”. Sin embargo, el plan finalmente se descartó por carecer, en opinión de Khaled Sheikh, autor intelectual o “arquitecto principal” de la acción (como lo denomina el reporte de la comisión oficial del 11-S), del suficiente valor simbóli co. No en vano, los nombres en clave que reciben los edificios atacados se destacan, en ese nivel de lo simbólico, como las bases conceptuales sobre las que se asienta la cultura occidental, de ahí su elección para el derribo. Como explica Amis en El segundo avión (2009):

“Derecho” era el Capitolio. “Política” era la Casa Blanca. En las conversaciones con Khaled Sheikh Muhammad había habido una firme conformidad en cuanto a “arquitectura” (el World Trade Center) y “artes” (el Pentágono)” (118).

El atentado contra las Torres Gemelas materializa una de las más hiperbólicas versiones del odio a la ciudad cultivado secularmente, en este caso particular a la ciudad “occidental” como encarnación de la modernidad racionalista, economicista y deshumanizada. Con este llamado radical contra la “arquitectura” encarnada en el World Trade Center (WTC), el comando terrorista no solo sitúa la anterior aversión a la modernidad en una localización concreta, sino también al concepto nuclear de los años en que se edifican las torres (los años setenta), la “postmodernidad”, como momento que supera y maximiza algunas de las dinámicas modernas, las de un mundo crecientemente globalizado, secularizado e hipertecnológico.

A pesar del estruendo planetario que causaron, los terroristas de Al Qaeda no serían los primeros en detectar el poder simbólico de un atentado sobre las principales estructuras de Manhattan. Ya antes, diferentes grupos e  individuos, a veces el azar, desataron una violencia similar con repercusiones que ahora resonarán cercanas. Desde la invención del avión y el rascacielos hasta aquella mañana de septiembre del año 2001, desde la novela de Wells al impacto sobre la Torre Norte del avión que pilotaba Mohamed Atta se sucedieron con obstinación los augurios del atentado final. Repasemos:

- 16 de septiembre de 1920. Un carruaje lleno de dinamita hace explosión en el corazón del distrito financiero frente a la sede de J. P. Morgan, situada en la esquina de Broad con Wall Street. Causa 40 muertos y alrededor de 300 heridos. La responsabilidad nunca se esclarece, aunque apunta a grupos anarquistas que actúan en represalia por la detención de los activistas F. Sacco y B. Vanzetti.

- 28 de julio de 1945. Un B-25 del ejército norteamericano choca contra el Empire State. El accidente se salda con 14 muertos.

-15 de febrero  de 1964. Un artículo del New York Times se pregunta sobre la seguridad del proyecto de las Torres Gemelas en caso de una explosión o un  accidente aéreo sobre ellas. Richard Roth asegura probado que el daño causado por un avión que colisionara a 6oo m/h (unos 900 km/h, la velocidad del segundo avión que se estrelló sobre la Torre Sur) sólo sería local y que las personas de los diferentes lugares de la Torre estarían a salvo.

- 2 de mayo de 1968. El Committee for a Reasonable World Trade Center (“Comité para un World Trade Center razonable”) publica una página en el N. Y. Times destacando que las Torres, en plena construcción, serían tan altas que representarían una amenaza para el tráfico aéreo. Casi la totalidad de la página la ocupa una ilustración que muestra a un avión comercial a punto de estrellarse contra la Torre Norte.

-  16 de mar zo de 1970. Se registra una explosión en el área de construcción del WTC poco tiempo después de recibirse una amenaza de bomba. Resultan he ridos 6 obreros. El N. Y. Times reporta cuatro explosiones separadas que se producen media hora después del aviso de bomba, pero las tilda de “mera coincidencia”.

- 30 de  mayo de 1970. Una bomba daña severamente un trailer que se utiliza como ofic ina en el terreno donde se construyen las Torres Gemelas.

- 3 de ago sto de 1977. Se desaloja por completo el WTC debido a diversas amenaz as de bomba y explosiones en edificios cercanos. Las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), el principal grupo independentista puertorriqueño, se responsabiliza de la acción.

- 20 de f ebrero de 1981. Un Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas con 49 pasajeros a bordo está a apunto de chocar a las 10:05 de la noche contra la Torre Norte.

- 26 de febrero de 1993. Estalla un camión bomba con más de 600 kilos de explosivo en el interior del aparcamiento de la Torre Norte. Mueren 6 personas y alrededor de 1.000 resultan heridas. El atentado se relaciona con una célula de Al Qaeda.

Pero los ejemplos de esta imaginación destructiva al servicio del derrumbe no sólo pertenecen al terreno de lo factual. En los años inmediatamente anteriores al 11-S en el cine y la literatura se recrean hechos similares a los recogidos anteriormente, desde Born in Flames (Lizzy Borden, 1983), el film en el que un comando de militantes lesbianas explosiona las Torres Gemelas como acto reivindicativo final (el rascacielos ejerce aquí de símbolo fálico contra el que atentar), al grupo de activistas que Paul Auster idea en Leviatán (1992), dedicado a dinamitar las reproducciones de la Estatua de la Libertad que se erigen por todo Estados Unidos. El colofón a esta singular tendencia lo pone Fight Club (David Fincher, 1999), la película que mejor ejemplifica el desafío consentido, la subversión pop contra el hastío que provoca el capitalismo triunfante. Por entonces se populariza un tipo de cine de gran estudio que recupera el atractivo romántico de los grupos antisistema y su violencia utópica, algo que se comprueba en producciones como Doce Monos (T. Gilliam, 1995), The Matrix (Wachowski br., 1999) o Existenz (D. Cronenberg, 1999).

Escena final de Fight Club, David Fincher (1999).

En el 11-S la ciencia ficción audiovisual inspira el acontecimiento material. Como destaca Mike Davis, el Pentágono contaba ya antes del atentado con los servicios de importantes guionistas de Hollywood, como Spike Jonze o Steven De Souza, cuyo cometido era adelantar posibles objetivos y métodos terroristas. Con ello se sientan las bases para que el suceso virtual anteceda al suceso real, algo que acontece con precisión en la última escena de Fight Club, cuando Edward Norton asiste (con los Pixies a todo volumen) al apoteósico colapso de dos torres idénticas a las Torres Gemelas. La secuencia reproduce, antes de su caída real y con una fidelidad asombrosa, la imagen que circuló dos años después por todos los noticiarios del mundo. El atentado de Al Qaeda no se puede desprender de su lógica espectacular, participa de la paradoja de que el evento real remede al de ficción.

El arquitecto y conocido teórico Luís Fernández Galiano insiste en la motivación principalmente arquitectónica de la destrucción del WTC. Además de los “alias” que reciben los objetivos otros hechos afirman su hipótesis, como que Mohamed Atta fuera arquitecto y urbanista y preparase una tesis sobre construcción tradicional musulmana en la Universidad Técnica de Hamburgo. En el acto suicida, señala Fernández Galiano, se enfrentan dos lógicas espaciales: “La pugna desigual de la cabaña y el rascacielos”, es decir, las cuevas y tolderías, el desierto y las chozas del imaginario que rodea a Al Qaeda (inhóspito, premoderno y horizontal), frente a la fuerza imponente y deshumanizada de los gigantes de cristal y acero.

Este conflicto espacial es el mismo que significativamente desató el proyecto inicial para la edificación del WTC, cuando en las manzanas de lo que hoy es la Zona 0 se extendía uno de los mercados más populares de Manhattan, el Radio Row. Organizado en torno a Cortland Street, en Radio Row se vendían, a modo de rastro, pequeños equipos electrónicos de primera y segunda mano, se reparaban transistores y se comerciaba con sus componentes. La actividad de este mercado se prolonga desde principios de los años veinte hasta mediados de los años sesenta, cuando la Autoridad de Puertos de Nueva York, propietaria del terreno, comienza los trabajos de demolición para la edificación de las Torres.

Las protestas entre los comerciantes y vecinos de Radio Row arreciaron durante los años previos a la construcción de las Torres, que se erigirían sobre las ruinas de un tipo de comercio insertado de forma espontánea y ya tradicional dentro de los usos de la ciudad del momento. La sustitución de un mercado local, minorista, callejero y dedicado a la tecnología analógica por una de las máximas realizaciones de la economía financiera y los mercados de inversión (que poco después se relacionarían estrechamente con la era digital) contiene un innegable poder simbólico como expresión de la fuerza destructiva que anima la globalización. Jean Baudrillard apunta alguna de las consecuencias de esta asociación conceptual: “La violencia de la globalización también envuelve a la arquitectura, así que la violencia contra la globalización implica la destrucción de tal arquitectura” (The Spirit of Terrorism. 2002, 45).

El pensador francés interpreta la exacta duplicidad de las Torres Gemelas como una afirmación de la identidad de lo mismo, de la ausencia de un “otro” amenazante para el sistema económico que promocionan. Fracasado el comunismo, el WTC se ofrecía como la mejor representación del fin de la historia. Las Torres Gemelas expresaban una celebración y una victoria, así como la superación del modelo del capitalismo previo. En palabras de Baudrillard:

“Todos los edificios de Manhattan han sido proyectados para confrontarse los unos a los otros en una verticalidad competitiva, y el producto de esto fue un panorama arquitectónico que refleja el sistema capitalista en sí mismo –una jungla piramidal cuya famosa imagen se desplegaba ante uno según llegaba desde el mar. Esa imagen cambió después de 1973, con los edificios del World Trade Center. La efigie del sistema no fue ya el obelisco y la pirámide, sino la tarjeta perforada de la estadística gráfica. Este grafismo arquitectural es la materialización de un sistema que ya no compite, sino que es digital y contable, y del que la competición ha desaparecido en favor de las redes y el monopolio” (43).

Estado actual de las obras de reconstrucción de la zona 0.

La desaparición de las Torres obliga a una reconstrucción capaz de restablecer, además de sus funciones básicas como centro empresarial y de transportes, el imaginario destruido. No obstante, el proyecto de levantar sobre la zona 0 un signo tan exultante como el de las Torres Gemelas se advierte, por ahora, como una aspiración demasiado optimista. El plan ha sido recibido con poco entusiasmo, cuando no por la agria polémica sobre la especulación inmobiliaria de un espacio que muchos consideran ritual. Actualmente las obras caminan con extraordinaria lentitud y no han faltado voces críticas contra el diseño de los nuevos rascacielos, cuyo puntal recibirá el nombre de “Freedom Tower” (Torre de la libertad) en un momento en que la palabra fetiche ha sufrido su particular derrumbe tras servir, consecutivamente, para denominar la operación militar en Afganistán: “Enduring Freedom” (Libertad duradera) y la de Irak: “Iraqi Freedom” (Libertad para Irak). Las dificultades en la reconstrucción, en opinión de Mike Davis, aparecen como una de las muestras más elocuentes de las dificultades por las que atraviesa el modelo económico y social que las torres simbolizaron, tanto por la crisis financiera actual como por la crisis de legitimidad que sucede a la actuación del gobierno norteamericano tras el 11-S. La cita corresponde a The War in the Air:

“Uno de los hechos históricamente más sorprendentes de esta guerra, que culmina la separación entre los métodos de la guerra y los de la democracia, fue el secretismo de Washington […].  El gobierno no se ocupó de desvelar ni uno solo de sus proyectos al público. Ni siquiera condescendió a hablar ante el congreso. Impidió y suprimió cualquier demanda de los ciudadanos. La guerra fue desarrollada por el presidente y el secretario de estado de un modo completamente autocrático”. (Davis, 35).

El atentado sobre las Torres Gemelas hace del terrorismo un poderoso agente urbanizador a la vez que cierra el orden urbano que inaugura H. G. Wells en 1908. El vacío que se abre en la Zona 0 invierte la operación “simbólica” de Al Qaeda, de manera que su golpe contra la arquitectura del mundo recorre ahora el camino inverso: del simbolismo de la acción a la materialidad de sus consecuencias. Como si se tratara de una cicatriz sobre la ciudad, el trauma fundamentalista adopta la forma de leyes especiales, demarca espacios, determina reglamentos y tránsitos e impone un nuevo concepto de seguridad que intenta prever acciones violentas a una escala desconocida. Su territorialización, ya diferente de la que anunciaba Wells, instaura una espacialidad crecientemente tecnológica, vigilante y represiva.

115 MENTIRAS DE LA COMISIÓN DE INVESTIGACIÓN

David Ray Griffin, Octubre 2006
(David Ray Griffin es profesor de la Universidad de Claremont (California) y autor de “El Nuevo Pearl Harbor” y “Omisiones y manipulaciones de la Comisión de Investigación del 11-S”)

Las torres en llamas

Sigue sin haber una versión oficial sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001. No se ha abierto investigación judicial alguna sobre los propios atentados ni la menor investigación parlamentaria. No hay más que una versión gubernamental recogida en un informe presentado por una comisión presidencial. El profesor David Ray Griffin, autor de una obra de referencia en la que estudia ese informe, encontró en ese texto 115 mentiras aquí enumeradas.

Para cada mentira nos referiremos a los análisis que hace el profesor David Ray Griffin en su obra “Omisiones y manipulaciones de la Comisión Investigadora”. Las cifras que aparecen entre paréntesis se refieren a las páginas de la edición original estadounidense de ese libro.

1. Omisión de la prueba de que por lo menos 6 de los supuestos secuestradores aéreos (entre ellos Waled al-Shehri, acusado por la Comisión de haber apuñaleado a una azafata del vuelo UA11 antes del choque del avión contra la torre norte del World Trade Center) están vivos actualmente (19-20).

2. Omisión de pruebas sobre Mohamed Atta (como su pronunciada inclinación por la bebida, por la carne de puerco y las exhibiciones eróticas privadas o lap dances) que contradicen las afirmaciones de la Comisión de que Atta se había convertido en un fanático religioso (20-21).

3. Confusión voluntariamente creada alrededor de las pruebas que demuestran que Hani Hanjur era tan mal piloto que nunca hubiera sido capaz de lograr estrellar un avión de pasajeros contra el Pentágono (21-22).

4. Omisión del hecho que las listas de pasajeros (flight manifests) que se hicieron públicas no contenían ningún nombre árabe (23).

5. Omisión del hecho que nunca, ni antes ni después del 11 de septiembre, se ha visto que un incendio haya provocado el desplome total de un edificio con estructura de acero (25).

6. Omisión del hecho que los incendios de las Torres Gemelas no fueron ni extremadamente extensos ni especialmente intensos y que ni siquiera duraron mucho tiempo comparados con otros incendios ocurridos en rascacielos (con estructuras) similares sin que estos últimos se desplomaran (25-26).

7. Omisión del hecho que, dada la hipótesis que el incendio provocó los derrumbes, la torre sur, que fue golpeada después que la torre norte y afectada por un incendio de menor intensidad, no debería haber sido la primera en desplomarse (26).

8. Omisión del hecho que el edificio n°7 del World Trade Center (contra el cual no se estrelló ningún avión y que sólo sufrió pequeños incendios muy localizados) también se desplomó, hecho sobre el cual la Agencia Federal para el Manejo de Situaciones de Emergencia (FEMA) confesó que no podía ofrecer ninguna explicación (26).

9. Omisión del hecho que el derrumbe de las Torres Gemelas (y el del edificio n°7) presenta al menos 10 características de haber sido producto de una demolición controlada (26-27).

10. Afirmación según la cual el núcleo de la estructura de cada una de las Torres Gemelas era «un pozo de acero vacío», afirmación que niega la presencia de 47 columnas de acero macizo que eran en realidad el centro de cada torre. Según la teoría del «apilamiento de pisos» (the «pancake theory») que explica los derrumbes, varias decenas de metros de esas columnas de acero macizo debieran haber quedado en pie (27-28).

11. Omisión de la declaración de Larry Silverstein [el propietario del WTC], declaración según la cual el propio Silverstein en coordinación con los bomberos decidió «demoler» –en lenguaje técnico (to «pull»)– el edificio n°7 (28).

12. Omisión del hecho que el acero de los edificios del WTC fue rápidamente recogido del lugar de los hechos y enviado al extranjero por vía marítima ANTES de que pudiera ser analizado en busca de huellas de explosivos (30).

13. Omisión del hecho que el edificio n°7 había sido evacuado antes de su derrumbe, lo implica que la razón que se dio oficialmente para acelerar lo más posible la recogida del acero [en aquel lugar] (porque podía haber sobrevivientes bajo los escombros) no tenía ningún sentido en el caso de este edificio (30).

14. Omisión de la declaración del alcalde R. Giuliani quien dijo que se le advirtió de antemano que el WTC iba a derrumbarse (30-31).

15. Omisión del hecho que Marvin Bush, hermano del presidente estadounidense, y su primo Wirt Walker III eran los directores de la compañía encargada de garantizar la seguridad del WTC (31-32).

16. Omisión del hecho que el ala oeste del Pentágono, [la misma que fue impactada el 11 de septiembre], era precisamente, por diversas razones, la que menos posibilidades tenía de ser blanco de los terroristas de al-Qaeda (33-34).

17. Omisión de toda discusión tendiente a determinar si los daños que sufrió el Pentágono correspondían realmente con los daños que podría haber provocado el impacto de un Boeing 757 desplazándose a varios cientos de kilómetros por hora (34).

18. Omisión del hecho que existen fotos que demuestran que la fachada del ala oeste no se derrumbó hasta 30 minutos después del impacto y que el orificio de entrada es demasiado pequeño para el diámetro de un Boeing 757 (34).

19. Omisión de todo testimonio contradictorio sobre la presencia o la ausencia de pedazos visibles de un Boeing 757, ya sea dentro o fuera del Pentágono (34-36).

20. Ausencia total de discusión tendiente a determinar si el Pentágono disponía de un sistema de defensa antimisiles capaz de derribar un avión de pasajeros, aún cuando la Comisión sugirió que los terroristas de al-Qaeda decidieron no atacar una central nuclear precisamente porque pensaron que esta dispondría de ese tipo de defensa (36).

21. Omisión del hecho que las imágenes provenientes de diferentes cámaras (incluyendo las de la gasolinera que se encuentra frente al Pentágono, confiscadas por el FBI inmediatamente después del impacto) podrían ayudar a determinar qué fue realmente lo que impactó el Pentágono (37-38).

22. Omisión de la alusión del secretario de Defensa D. Rumsfeld a «un misil[ utilizado] para golpear [el Pentágono]» (39).

23. Aprobación aparente de la respuesta, totalmente insatisfactoria, a la pregunta tendiente a saber por qué los agentes del Servicio Secreto permitieron que el presidente Bush permaneciera en la escuela de Sarasota cuando, según la versión oficial, deberían haber pensado que un avión secuestrado podía tener esa misma escuela como blanco (41-44).

24. Fracaso en explicar por qué el Servicio Secreto no pidió una escolta de aviones de caza para [el avión presidencial] Air Force One (43-46).

25. Afirmaciones según las cuales en el momento en que el cortejo presidencial llegó a la escuela [de Sarasota], ninguno de los asistentes sabía que varios aviones habían sido secuestrados (47-48).

26. Omisión del informe según el cual el secretario de Justicia John Ashcroft había recibido una advertencia para que dejara de viajar en líneas aéreas comerciales antes del 11 de septiembre (50).

27. Omisión de la afirmación de David Schippers de que, basándose en informaciones provenientes de agentes del FBI sobre posibles ataques en el sur de Manhattan, él había tratado infructuosamente de transmitir dicha información al secretario de Justicia John Ashcroft durante las 6 semanas anteriores al 11 de septiembre (51).

28. Omisión de toda mención sobre el hecho que agentes del FBI afirmaron tener conocimiento de los blancos y fechas de los ataques [terroristas] mucho antes de los hechos (51-52).

29. Afirmación, mediante una refutación circular que da la cuestión por resuelta, de que el desacostumbrado volumen de compras de acciones en baja antes del 11 de septiembre no implica que los compradores supieran de antemano que los ataques iban a producirse (52-57).

30. Omisión de los informes según los cuales el alcalde [de San Francisco] Willie Brown y ciertos responsables del Pentágono fueron advertidos de que no debían tomar el avión del 11 de septiembre (57).

31. Omisión del informe según el cual Osama ben Laden, que ya en aquel entonces era el criminal más buscado por Estados Unidos, fue atendido en julio de 2001 por un doctor estadounidense en el hospital estadounidense de Dubai y que recibió allí la visita de un agente local de la CIA (59).

32. Omisión de los artículos que sugieren que, después del 11 de septiembre, el ejército estadounidense permitió deliberadamente la fuga de Osama ben Laden (60).

33. Omisión de informes, entre ellos el que reportaba la visita del jefe de los servicios de inteligencia de Arabia Saudita a Osama ben Laden en el hospital de Dubai, que entran en contradicción con la versión oficial de que la familia de Ben Laden y su país han renegado de este (60-61).

34. Omisión del resumen de Gerald Posner sobre el testimonio de Abu Zubaydah, según el cual tres miembros de la familia real saudita (que murieron los tres misteriosamente con sólo 8 días de intervalo) estaban financiando a al-Qaeda y conocían de antemano la realización de los ataques del 11 de septiembre (61-65).

35. Desmentido de la Comisión sobre el descubrimiento de una prueba del financiamiento de los sauditas a al-Qaeda (65-68).

36. Desmentido de la Comisión sobre el descubrimiento de una prueba que demuestra que dinero perteneciente a la esposa del príncipe Bandar, la princesa Haifa, fue entregado a agentes de al-Qaeda (69-70).

37. Desmentido, que simplemente ignoró la diferencia existente entre vuelos privados y vuelos comerciales, sobre el hecho que el vuelo privado en el que varios sauditas viajaron el 13 de septiembre desde Tampa hasta Lexington violó los reglamentos sobre el espacio aéreo establecidos en aquella fecha (71-76).

38. Desmentido sobre la autorización extendida a varios sauditas para que salieran del territorio de Estados Unidos poco después del 11 de septiembre sin que esas personas fuesen sometidas a una investigación apropiada (76-82).

39. Omisión de la prueba que demuestra que el príncipe Bandar obtuvo una autorización especial de la Casa Blanca para los vuelos de los sauditas (82-86).

40. Omisión de la afirmación de Coleen Rowley según la cual responsables del Cuartel General del FBI habían visto el memo de Phoenix del agente Kenneth Williams (89-90).

41. Omisión del hecho que el agente del FBI en Chicago Robert Wright afirma que el Cuartel General del FBI cerró su investigación sobre una célula terrorista y trató posteriormente de intimidarlo para impedir que publicara un libro en el que relata sus experiencias (91).

42. Omisión de la prueba que demuestra que el Cuartel General del FBI saboteó el intento de Coleen Rowley y de otros agentes [del FBI] de Minneapolis de obtener una orden de búsqueda para conseguir la computadora de Zacarias Moussaoui (91-94).

43. Omisión de las tres horas y media de testimonio que prestó ante la Comisión la ex traductora del FBI Sibel Edmonds que, según una carta que ella misma hizo pública y que dirigió al presidente [de la Comisión] Kean, revelaba serias disimulaciones por parte de responsables del FBI en relación con el 11 de septiembre y dentro del propio Cuartel General del FBI (94-101).

44. Omisión del hecho que el general Mahmud Ahmad, jefe del ISI [los Servicios de Inteligencia pakistaníes], se encontraba en Washington una semana antes del 11 de septiembre y que se reunió allí con el director de la CIA, George Tenet, así como con otros altos responsables estadounidenses (103-04).

45. Omisión de la prueba que demuestra que Ahmad, el jefe del ISI [los Servicios de Inteligencia pakistaníes] ordenó el envío de 100 000 dólares a Mohamed Atta antes del 11 de septiembre (104-07).

46. Afirmación de la Comisión de que no encontró prueba alguna de que algún gobierno extranjero, incluyendo al de Pakistán, haya financiado a agentes de al-Qaeda (106).

47. Omisión del informe según el cual la administración Bush presionó a Pakistán para que Ahmad fuese destituido de su cargo de jefe del ISI después de la divulgación de la información que revelaba que este había ordenado el envío de dinero del ISI a Mohamed Atta (107-09).

48. Omisión de la prueba que el ISI (y no sólo al-Qaeda) se encontraba detrás del asesinato de Ahmad Shah Massud (el comandante de la Alianza del Norte en Afganistán) que se produjo precisamente después de un encuentro que duró una semana entre responsables de la CIA y del ISI (110-112).

49. Omisión de la prueba que demuestra que el ISI está implicado en el secuestro y posterior asesinato de Daniel Pearl, periodista del Wall Street Journal (113).

50. Omisión del informe de Gerald Posner según el cual Abu Zubaydah afirmó que un oficial militar pakistaní, Mushaf Ali Mir, que mantenía estrechos vínculos con el ISI y con al-Qaeda sabía de antemano de los ataques del 11 de septiembre (114).

51. Omisión de la predicción que hizo, en 1999, Rajaa Gulum Abbas, agente del ISI, de que las Torres Gemelas «se derrumbarían» (114).

52. Omisión del hecho que el presidente Bush y otros miembros de su administración se refirieron repetidamente a los ataques del 11 de septiembre como «oportunidades» (116-17).

53. Omisión del hecho que el Proyecto para el Nuevo Siglo Americano («The Project for the New American Century»), muchos de cuyos miembros se convirtieron en figuras claves de la administración Bush, publicó en el año 2000 un documento que decía que un «nuevo Pearl Harbour» ayudaría a conseguir fondos para una rápida transformación tecnológica del aparato militar estadounidense (117-18).

54. Omisión del hecho que Donald Rumsfeld, quien fue presidente de la comisión del US Space Command y había recomendado aumentar el presupuesto destinado a este, se valió de los ataques del 11 de septiembre, en la tarde de ese mismo día, para garantizar esos fondos (119-22).

55. No se mencionó que las tres personas responsables del fracaso de los esfuerzos por prevenir los ataques del 11 de septiembre (el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, el general Richard Myers y el general Ralph Eberhart) eran también los tres principales promotores del US Space Command (122).

56. Omisión del hecho que Unocal había declarado que los talibanes no podían garantizar la seguridad adecuada para emprender la construcción de sus pipelines (para petróleo y gas) a partir de la cuenca del Caspio y a través de Afganistán y Pakistán (122-25).

57. Omisión del informe según el cual representantes de Estados Unidos dijeron durante un encuentro, en julio de 2001, que ya que los talibanes rechazaban su proposición de construir un oleoducto, una guerra contra ellos comenzaría en octubre (125-26).

58. Omisión del hecho que en su libro, publicado en 1997, Zbigniew Brzezinski escribía ya que para que Estados Unidos pueda mantener su predominio global es necesario que ese país controle el Asia central, con sus vastos recursos petrolíferos, y que un nuevo Pearl Harbour sería útil para obtener el apoyo de la opinión pública estadounidense a esos designios imperiales (127-28).

59. Omisión del hecho que miembros claves de la administración Bush, entre ellos Donald Rumsfeld y su delegado Paul Wolfowitz, se esforzaron durante muchos años por desatar una nueva guerra contra Irak (129-33).

60. Omisión de los apuntes de las conversaciones de Donald Rumsfeld correspondientes al 11 de septiembre que demuestran que este estaba decidido a utilizar los ataques como pretexto para desatar una guerra contra Irak (131-32).

61. Omisión de la declaración que aparece en el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, según la cual «la necesidad de una fuerte presencia estadounidense en el Golfo va más allá del tema del régimen de Sadam Husein» (133-34).

62. Afirmación según la cual el protocolo de la FAA (Federal Aviation Agency) sobre lo sucedido el 11 de septiembre requería un largo proceso de aplicación que tenía que pasar por varias etapas de la cadena de mando cuando el propio Informe Oficial [de la Comisión] cita pruebas de lo contrario (158).

63. Afirmación según la cual en aquellos días sólo dos bases de la fuerza aérea estadounidense del sector noreste del NORAD (North American Aerospace Defense Command o Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte) mantenían cazas en alerta y, en particular, que no había aviones de combate en alerta en las bases de McGuire y de Andrews (159-162).

64. Omisión del hecho que la base Andrews de la fuerza aérea estadounidense tenía varios aviones de caza en alerta permanente (162-64).

65. Aceptación de la doble afirmación según la cual el coronel Marr, del NEADS (North East Air Defense Sector), tenía que comunicarse telefónicamente con un superior para que este lo autorizara a enviar aviones de caza desde [la base] de Otis y que necesitó 8 minutos para realizar esa llamada (165-66).

66. Aprobación de la afirmación según la cual la pérdida de la señal del transpondedor de un avión hace prácticamente imposible la localización de la nave por los radares militares estadounidenses (166-67).

67. Afirmación según la cual la intercepción de Stewart Payne no demostró que el tiempo de respuesta del NORAD en el caso del vuelo AA11 fue extraordinariamente lento (167-69).

68. Afirmación según la cual los cazas de la base de Otis se mantuvieron en tierra durante 7 minutos después de haber recibido la orden de despegue porque no sabían adónde volar (174-75)

69. Afirmación según la cual las fuerzas armadas estadounidenses no sabían del desvío el vuelo UA175 hasta las 9h30, momento exacto en que este vuelo se estrelló contra la torre sur del WTC (181-82).

70. Omisión de toda explicación sobre (a) la razón por la cual un informe anterior del NORAD, según el cual la FAA notificó a los militares el desvío del vuelo UA175 a las 8h43, se considera ahora como falso y (b) cómo fue que ese informe, si era falso, pudo ser publicado y se mantuvo como válido durante cerca de 3 años (182).

71. Afirmación según la cual la FAA no estableció la teleconferencia sino a partir de las 9h20 de aquella mañana (183).

72. Omisión del hecho que un memo de Laura Brown, de la FAA, afirma que la teleconferencia se estableció sobre las 8h50 y que trató precisamente sobre el desvío del vuelo UA175 (183-84, 186).

73. Afirmación según la cual la teleconferencia del NMCC, (Centro de Mando Militar o National Military Command Center) no comenzó antes de las 9h29 (186-88).

74. Omisión, en la afirmación de la Comisión de que el vuelo AA77 no se desvió de su trayectoria antes de las 8h45, del hecho que la hora mencionada en informes anteriores fue las 8h46 (189-90).

75. Fracaso en mencionar que el anuncio de la caída de un jet en Kentucky, poco después del momento en que el vuelo AA77 desapareciera del radar de la FAA, fue tomada lo bastante en serio por los responsables de la FAA y de la unidad antiterrorista del FBI como para que estos la enviaran a la Casa Blanca (190).

76. Afirmación según la cual el vuelo AA77 voló durante cerca de 40 minutos por el espacio aéreo estadounidense en dirección a Washington sin ser detectado por los radares militares (191-92).

77. Fracaso en explicar, si el anterior informe del NORAD según el cual se le informó a este –a las 9h24– que la trayectoria del vuelo AA77 era «incorrecta», cómo fue que ese informe erróneo pudo salir a la luz, o sea que se trata de saber si los responsables del NORAD mintieron o si fueron «embaucados» durante cerca de tres años (192-93).

78. Afirmación según la cual los aviones de combate de Langley, que según dijera primeramente el NORAD fueron enviados a interceptar el vuelo AA77, fueron realmente desplegados como respuesta a un informe erróneo de un controlador (no identificado) de la FAA de las 9h21 de que el vuelo AA11 se encontraba aún en vuelo y que se dirigía hacia Washington (193-99).

79. Afirmación según la cual los militares no fueron contactados por la FAA sobre el probable secuestro del vuelo AA77 antes del impacto contra al Pentágono (204-12).

80. Afirmación de que Jane Garvey no se sumó a la videoconferencia de Richard Clarke hasta las 9h40, o sea después del impacto contra el Pentágono (210).

81. Afirmación de que ninguna de las teleconferencias logró coordinar la FAA y las respuestas de los militares a los secuestros porque «ninguna [de las mismas] incluía a los responsables adecuados en el seno de la FAA y del Departamento de Defensa », aunque Richard Clarke dice que su propia videoconferencia incluía a la directora de la FAA Jane Garvey, al secretario de Defensa Donald Rumsfeld y al general Richards Myers, jefe interino de las Fuerzas Armadas (211).

82. Afirmación de la Comisión según la cual esta no sabía qué miembros del Departamento de Defensa participaron en la videoconferencia con Richard Clarke cuando el propio Clarke afirma en su libro que se trataba de Donald Rumsfeld y del general Myers (211-212).

83. Aprobación de la afirmación del general Myers de que él se encontraba en el Capitolio durante los ataques sin mencionar el informe contradictorio de Richard Clarke, según el cual Myers estaba en el Pentágono y participó en la videoconferencia con Clarke (213-17).

84. Fracaso al mencionar la contradicción entre el testimonio de Clarke sobre los movimientos de Rumsfeld de aquella mañana y las declaraciones del propio Rumsfeld (217-19).

85. Omisión del testimonio del secretario de Transporte Norman Mineta ante la propia Comisión, testimonio según el cual el vicepresidente Cheney y las demás [personas presentes] en el refugio subterráneo habían sido advertidas a las 9h26 de que un avión se acercaba al Pentágono (220).

86. Afirmación según la cual los responsables del Pentágono no sabían que un avión se estuviera acercando a ellos antes de las 9h32, las 9h34 o las 9h36, o sea sólo minutos antes que el edificio fuera impactado (223).

87. Aceptación de dos versiones que se contradicen entre sí sobre el aparato que impactó el Pentágono: una que describe la ejecución de una espiral de 330 grados hacia abajo (un «picado a gran velocidad») y otra en la que no se menciona esa maniobra (222-23).

88. Afirmación según la cual los cazas provenientes de Langley, que supuestamente recibieron la orden de despegar rápidamente para proteger Washington del «vuelo fantasma AA11» no estaban en lo absoluto cerca de Washington porque fueron enviados hacia el océano por error (223-24).

89. Omisión de todas las pruebas que sugieren que lo que impactó el Pentágono no fue el vuelo AA77 (224-25).

90. Afirmación según la cual la FAA no informó a los militares sobre el desvío del vuelo UA93 antes de que este se estrellara (227-29, 232, 253).

91. Doble afirmación de que el NMCC no monitoreó la conferencia iniciada por la FAA y no pudo por consiguiente conectar a la FAA con la teleconferencia iniciada por el NMCC (230-31).

92. Omisión del hecho que el Servicio Secreto dispone de medios que le permiten tener conocimiento de todo lo que hace la FAA (233).

93. Omisión de toda investigación sobre las razones que llevaron al NMCC a comenzar su propia teleconferencia si, como dijo Laura Brown –de la FAA–, eso no forma parte del protocolo standard (234).

94. Omisión de toda investigación sobre por qué el general Montague Winfield no solamente fue reemplazado por un «bisoño» (a rookie), el capitán Leidig, como director de operaciones del NMCC sino que abandonó además el mando cuando estaba claro que el Pentágono se encontraba ante una crisis sin precedente (235-36).

95. Afirmación según la cual la FAA notificó (de forma errónea) al Servicio Secreto, entre las 10h10 y las 10h15, que el vuelo UA93 se encontraba todavía en vuelo y se dirigía hacia Washington (237).

96. Afirmación según la cual el vicepresidente Cheney no dio la autorización para disparar hasta las 10h10 (varios minutos después de la caída del vuelo UA93) y que esa autorización no fue transmitida a la fuerza aérea hasta las 10h31 (237-41).

97. Omisión de todas las pruebas que indican que el vuelo UA93 fue derribado por un avión militar (238-39, 252-53).

98. Afirmación según la cual [el zar del contraterrorismo] Richard Clarke no recibió el pedido de autorización de fuego hasta las 10h25 (240).

99. Omisión del testimonio del propio Clarke, que sugiere que este recibió el pedido de autorización de fuego hacia las 9h50 (240).

100. Afirmación según la cual Cheney no bajó al refugio subterráneo del PEOC [o CPOU (siglas correspondientes a Centro Presidencial de Operaciones de Urgencia]) hasta las 9h58 (241-44).

101. Omisión de los múltiples testimonios, entre ellos los de Norman Mineta [secretario de Transporte] ante la propia Comisión, testimonios según los cuales el [vicepresidente] Cheney se encontraba en el CPOU antes de las 9h20 (241-44).

102. Afirmación según la cual la autorización para derribar un avión civil tenía que ser otorgada por el presidente (245).

103. Omisión de informes según los cuales el coronel Marr ordenó derribar el vuelo UA93 y el general Winfield indicó que él mismo y otros [oficiales] esperaban en el NMCC que un caza alcanzara el vuelo UA93 (252).

104. Omisión de informes que indican que había dos aviones de caza en el aire a varios kilómetros de New York y tres a sólo 320 kilómetros de Washington (251).

105. Omisión del hecho que había por lo menos 6 bases militares con cazas en estado de alerta en la región noreste de Estados Unidos (257-58).

106. Aprobación de la afirmación del general Myers de que el NORAD había definido su misión solamente en términos de defensa contra amenazas dirigidas [hacia Estados Unidos] desde el extranjero (258-62).

107. Aprobación de la afirmación del general Myers de que el NORAD no había previsto la posibilidad de que un grupo de terroristas pudiera utilizar aviones de pasajeros secuestrados como misiles (262-63).

108. Fracaso en poner en perspectiva la significación del hecho, presentado en el propio Informe, o en mencionar otros hechos que prueban que el NORAD sí había efectivamente previsto la amenaza que podía representar la posible utilización de aviones de pasajeros secuestrados como misiles (264-67).

109. Fracaso en explorar la implicaciones de la cuestión de saber cómo pudieron influir la maniobras militares («war games») programadas para aquel día en el fracaso de los militares en los intentos por interceptar los aviones de pasajeros secuestrados (268-69).

110. Fracaso en discutir la posibilidad que el desarrollo de la Operación Northwoods haya favorecido los ataques del 11 de septiembre (269-71).

111. Afirmación (presentada para explicar por qué los militares no recibieron la información sobre los aviones secuestrados con tiempo suficiente para lograr interceptarlos) según la cual el personal de la FAA falló inexplicablemente unas 16 veces en la aplicación de los procedimientos normales (155-56, 157, 179, 180, 181, 190, 191, 193, 194, 200, 202-03, 227, 237, 272-75).

112. Fracaso en mencionar que la proclamada independencia de la Comisión se vio fatalmente comprometida por el hecho que su director ejecutivo, Philip Zelikow, era prácticamente miembro de la administración Bush (7-9, 11-12, 282-84). (ndt: era colaborador cercano de Condoleeza Rice)

113. Fracaso en mencionar que la Casa Blanca trató primeramente de impedir la creación de la Comisión [Oficial de Investigación sobre los Ataques Terroristas del 11 de Septiembre] y que obstaculizó después el trabajo de esta, como lo hizo al asignarle un presupuesto extremadamente restringido (283-85). (ndt: Presupuesto estimado en 15 millones de dólares cuando el film de ficción «Vuelo 93» de Paul Greengrass costó 18 millones y «World Trade Centre» de Oliver Stone costó CUATRO VECES MÁS, o sea 60 millones de dólares. En lo tocante al primer punto, la creación de la Comisión no se produjo hasta después de 441 días de los ataques y el presidente Bush propuso que fuera presidida por Henry Kissinger… para luego retractarse ante las violentas críticas de la opinión pública contra esa proposición.)

114. Fracaso en mencionar que el presidente de la Comisión, la mayoría de los demás miembros de la Comisión, y por lo menos la mitad del personal de la misma tenía serios conflictos de intereses (285-90, 292-95).

115. Fracaso de la Comisión, la cual se vanagloriaba de que la presentación de su informe final había tenido lugar «sin disensión», en mencionar que esto fue posible únicamente porque Max Cleland, el miembro de la Comisión más crítico en cuanto a la actuación de la Casa Blanca –juró incluso «que no sería cómplice de un tratamiento parcializado de las informaciones»–, tuvo que renunciar a su puesto dentro de la Comisión para poder aceptar un cargo en el Banco Export-Import y que la Casa Blanca dio a conocer su nominación para ese cargo únicamente después que las críticas emitidas por Cleland se hicieron especialmente directas (290-291).

Terminaré precisando que concluí mi estudio del texto que he dado en llamar «el informe Kean-Zelikow» escribiendo lo siguiente: Finalmente, el Informe de la Comisión Investigadora sobre el 11 de septiembre, lejos de evacuar mis dudas en cuanto a una complicidad oficial, no hizo más que confirmarlas. ¿Qué podría llevar a los responsables encargados de la redacción de ese informe final a montar una superchería de tanta envergadura si no el intento de enmascarar enormes crímenes? (291).

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Las tres versiones oficiales sobre los desvíos de aviones del 11 de septiembre

DAVID RAY GRIFFIN

Ya no hay versión oficial de los hechos sino una gran cantidad de documentos oficiales contradictorios e incompatibles. En todo el mundo, la opinión pública expresa sus dudas, incluyendo la de los propios Estados Unidos, donde, según un sondeo de la firma Zogby, más de la mitad de los neoyorkinos no creen ya en lo que las autoridades dicen sobre aquellos atentados. En una obra magistral, el profesor David Ray Griffinn escruta el trabajo de la Comisión Investigadora Presidencial. A continuación reproducimos un fragmento sobre los supuestos intentos de intercepción de los aviones supuestamente secuestrados.

Anomalías en las descripciones iniciales de los hechos

El principal reproche de los críticos de la descripción oficial reside en que si los procedimientos operacionales normales [1] en vigor para los casos de desvío de aviones hubiesen sido aplicados el 11 de septiembre, los cazas de la defensa aérea habrían interceptado los vuelos AA11, UA175 y AA77 mucho antes de que estos se estrellaran contra la torre norte, la torre sur y el Pentágono. También habrían interceptado el vuelo UA93 mucho antes de que cayera a tierra. Los procedimientos operacionales normales son los establecidos por la Federal Aviation Agency (FAA) y los militares estadounidenses.

Por «militares estadounidenses» entendemos aquí esencialmente el National Military Command Center (NMCC), el Centro Operacional Interarmas –situado en el Pentágono– y el North American Aerospace Defense Command (NORAD), el Comando de la Defensa Aérea para América del Norte, con sede en Colorado Springs. El NORAD se divide en diferentes zonas de responsabilidad. Solamente una de ellas tiene que ver con la catástrofe del 11 de septiembre: la Zona de Defensa Aérea del Noreste, más conocida como Neads.

En este capítulo, me referiré a los procedimientos operacionales previstos en caso de desvío de avión y a su violación durante el 11 de septiembre. En los capítulos siguientes analizaré cómo la comisión intentó demostrar que fueron aplicados por los militares.

Procedimientos operacionales para casos de desvío de aviones

Según los procedimientos operacionales, la FAA debe ponerse en contacto con el NMCC cuando un avión parece haber sido secuestrado. Existen tres indicios de alerta particularmente reveladores: el avión se desvía de su plan de vuelo, se interrumpe el contacto radial o se apaga el transpondedor (el transpondedor es un equipo electrónico que permite identificar el avión en la pantalla del controlador aéreo y que indica su posición y su altitud exactas. También permite el envío de una señal codificada de alarma de cuatro cifras si el avión es secuestrado). Si aparece uno de esos indicios, el controlador aéreo trata de ponerse en contacto con el piloto para tratar de resolver el problema. Si el piloto no responde de manera nominal o si no se logra restablecer rápidamente el contacto por radio, la FAA tiene que solicitar la asistencia del NMCC.

Hay que precisar que no es prerrogativa de la FAA determinar si un avión ha sido efectivamente secuestrado. Las instrucciones que tienen los controladores aéreos son inequívocas: «Si […] usted no sabe si una situación representa un peligro real o potencial, considérala como una urgencia confirmada.» [2]. En otras palabras, trate un posible secuestro como un secuestro real.

Los reglamentos militares estipulan que «en caso de secuestro de un avión, la FAA tiene que informar al NMCC lo más rápidamente posible [3]». El NMCC encargará entonces al NORAD ordenar el despegue –en modo scramble [4]– de uno o dos cazas en estado de alerta de la base aérea más próxima para que intercepten el avión sospechoso. Glen Johnson, redactor del Boston Globe señala lo siguiente en su recuento de las explicaciones que dio el mayor Mike Zinder, vocero del NORAD:

«Cuando se intercepta un avión, el contacto se establece por etapas progresivas. Estando próximo (al aparato interceptado), para llamar la atención del piloto, el avión de caza puede balancear las alas, hacer un pase frontal ante el aparato. En último caso, puede disparar varias balas trazadoras a lo largo del eje de vuelo del otro avión, e, incluso, bajo ciertos circunstancias, derribarlo con un misil.» [5].

El derribo de un avión es un acto muy grave que el piloto solamente puede ejecutar después de recibir la autorización del Pentágono. Es muy importante establecer bien la diferencia entre la destrucción de un avión y una intercepción, que constituye una intervención rutinaria, cosa que mencionó el mayor Snyder [6]. Cada año se registran como promedio un centenar de intercepciones. El informe de la FAA menciona 77 intercepciones entre septiembre del año 2000 y junio de 2001 [7].

Por otro lado, una intercepción es algo muy rápido. Como explica, en octubre de 2002, el general Ralph Eberhart, comandante del NORAD, cuando la FAA detecta algo anormal se pone en contacto con el NORAD en un minuto. Al NORAD le bastan unos minutos más para enviar interceptores a cualquier punto de Estados Unidos [8]. Según el sitio web de la US Air Force, los interceptores pueden alcanzar cualquier punto en tan poco tiempo porque un F15 «alcanza normalmente los 8 900 metros de altitud en sólo dos minutos y medio después de la orden de despegue», y vuela después a 3 000 kilómetros por hora [9].

Para ser preciso, hay que señalar que las explicaciones de Eberhart iban precedidas de la expresión «actualmente». Decía, por consiguiente, que actualmente la FAA demora alrededor de un minuto en ponerse en contacto con el NORAD y que actualmente este último puede enviar cazas a cualquier punto de Estados Unidos en apenas unos minutos. Eberhart insinúa por consiguiente que los procedimientos se han hecho más rápidos después del 11 de septiembre. La exactitud de esa afirmación podría comprobarse mediante la comparación de los tiempos de respuesta del NORAD para lanzar la intercepción de un avión antes y después del 11 de septiembre.

No me es posible efectuar ese tipo de estudio. El informe de la comisión investigadora sobre el 11 de septiembre no menciona ninguna comparación ni alude a verificación alguna de tal mejoría de los procedimientos. Mi convicción personal es que nada ha cambiado. Esta convicción se basa, en parte, en un documento de 1998 en el que se advertía a los pilotos que todo avión que presentara un comportamiento anormal corría el riesgo de «verse perseguido por dos (aviones de caza) en diez minutos»[Air Traffic Control Center (Centro de Control Aéreo), ATCC Controller’s Read Binder (Fichas del operador del CCA), documento disponible en el sitio web xavius.com, y citado en el libro de Ahmed, The War on Freedom, p. 148.]].

Eso no fue, sin embargo, lo que sucedió el 11 de septiembre. El primer avión de pasajeros desviado, el vuelo AA11, mostró aquella mañana, a las 8h14, indicios evidentes de un posible secuestro, y, a pesar de ello, cuando se estrelló –32 minutos después– contra la torre norte del World Trade Center, ningún interceptor había recibido la orden de despegue. Los otros tres vuelos desviados también habían dado indicios de su secuestro y hubo tiempo suficiente de interceptarlos. Es evidente que alguien infringió los procedimientos operacionales. Varios observadores dijeron que alguien dio órdenes de no intervenir que bloquearon la aplicación de los procedimientos operacionales.

Informe de los militares sobre el 11 de septiembre: las dos versiones

Durante los primeros días siguientes al 11 de septiembre, los voceros de las fuerzas armadas estadounidenses parecieron dar crédito a la acusación de no intervención. El 13 de septiembre se le preguntó al general Richard Myers, que ejercía las funciones de presidente del Comité de Jefes de Estados Mayores el 11 de septiembre, si la orden de despegue de los interceptores se había dado antes o después del golpe contra el Pentágono. Su respuesta fue la siguiente: «Esa orden, hasta donde yo sé, se dio después del golpe al Pentágono.» [10]

Lo mismo dijo el vocero del NORAD, Mike Snyder, en su entrevista del Boston Globe. Según Glen Johnson, el periodista, Snyder «contó que los interceptores se mantienen en tierra durante más de una hora después del primer informe de desvío, lapso durante el cual tres inmuebles son golpeados y un cuarto avión desviado sobrevuela Pennsylvania en dirección a Washington.» [11]

En el momento de la entrevista, realizada el 14 de septiembre, la CBS transmite una información diferente: «Al contrario (de lo que dicen) los comunicados anteriores, los cazas despegaron ese martes cuando los ataques estaban teniendo lugar.» El reportaje precisa que los cazas fueron enviados hacia las ciudades de Nueva York y Washington, pero que habían llegado demasiado tarde para prevenir el ataque [12]. Pero, según Johnson, la versión de Snyder es diferente.

Este último afirma que el comando (NORAD) no envió ninguna patrulla de intercepción, aunque había sido alertado del desvío 10 minutos antes que el primer avión… chocara con la primera torre del World Trade Center […]. El vocero declara que los cazas se mantuvieron en tierra hasta después que el Pentágono fue golpeado por el vuelo 77 de American Airlines […]. Fue entonces que las autoridades militares se dieron cuenta de la envergadura del ataque, según Snyders, y ordenaron finalmente el despegue de los cazas. Ese lapso fue confirmado por el general de ejército de la fuerza aérea Richard B. Myers, quien fue designado como nuevo presidente del Comité de Jefes de Estados Mayores [13].

Por consiguiente, según el desarrollo de los hechos que exponen tanto Myers como Snyders, los cazas no reciben la orden de intercepción hasta después de las 9h38, o sea por lo menos 52 minutos después del golpe contra la torre norte y por lo menos una hora después de que el NORAD fuese alertado sobre el desvío del vuelo AA11.

Matthew Wald desarrolla la misma secuencia de hechos en un artículo publicado en el New York Times el 15 de septiembre de 2001. Escribe que «hacia las 9h25 de la mañana, la FAA, de acuerdo con el Pentágono, toma la medida radical de prohibir todo despegue hacia el continente norteamericano, pero que nadie ordenó aún el despegue de los cazas» [14].

Dos meses antes de la publicación del informe final de la comisión, una entrevista que aparece en uno de los informes redactados por los miembros de esta menciona una secuencia idéntica. Según ese informe, Rudolph Giuliano, el alcalde de Nueva York, se comunicó telefónicamente con la Casa Blanca casi un minuto antes de que comenzara a derrumbarse la torre sur, por consiguiente, cerca de las 9h58. Giuliani le pide a Chris Henick, el director político adjunto del presidente, con quien logró comunicarse, que se envíe cobertura aérea para su ciudad. Según Giuliani, Henick le responde que los aviones han sido enviados hace 12 minutos y que no tardarán en llegar [15]. Eso significa que los aviones tenían que haber despegado alrededor de las 9h46. Si la declaración de Giulani es exacta, el testimonio de Henick confirmaría (al menos era eso lo que afirmaba todo el mundo los primeros días) que ningún avión de caza despegó antes de las 9h38, hora del golpe contra el Pentágono.

Independientemente de lo que se piense del episodio que cuenta Giuliani, la primera versión de los hechos parece ser la más plausible. El general Myers, a la sazón presidente del Comité de Jefes de Estados Mayores, y el comandante Mike Snyders, vocero del cuartel general del NORAD en Colorado Springs, tienen que estar al corriente de lo que sucedió el 11 de septiembre. No es posible que hayan podido inventar toda esa historia porque esta no da una imagen favorable de las fuerzas armadas estadounidenses. En realidad, si la versión oficial hubiese sido esa, no se ve de qué manera el presidente Bush y el Pentágono hubieran podido negar su propia responsabilidad en la suspensión de los procedimientos operacionales el 11 de septiembre.

Sin embargo, como indicamos anteriormente, una segunda versión del informe oficial comienza a circular muy rápidamente y es comunicada el 14 de septiembre al gran público mediante la CBS durante el boletín informativo vespertino Evening News [16]. Glen Johnson cuenta que Snyder, a nombre del NORAD, se niega a comentar sus propias declaraciones a la CBS. Sin embargo, el 18 de septiembre, el NORAD aporta informaciones que convierten la segunda versión en tesis oficial sobre las circunstancias del drama del 11 de septiembre. Efectivamente, los aviones despegaron, pero llegaron demasiado tarde. Estos datos son presentados bajo el aspecto de una cronología que retoma los grupos fecha-horario [17] en que la FAA advirtió al Neads y en que el Neads [18] dio la orden de despegue a los aviones. El objetivo implícito de esta segunda variante de la versión oficial es echar toda la culpa a la FAA, atribuyéndole no haber alertado a las fuerzas armadas lo suficientemente rápido.

Esa versión no responde realmente a las sospechas de los escépticos que siguen pensando que alguien dio una orden de no intervenir. Si se admite la exactitud de la cronología que publicó el NORAD, parece evidente que la FAA infringió varias veces su propia reglamentación. Por otro lado, a pesar de esas violaciones de los procedimientos operacionales, los críticos estiman que los cazas habrían tenido que interceptar los cuatro aviones de pasajeros desviados. Por consiguiente, la cronología publicada por el NORAD el 18 de septiembre parece acusar a la vez a la FAA y a los militares. Voy a explicar el por qué y el cómo mediante el análisis de cada uno de los vuelos. Al relacionar esos hechos, insisto en ello, resumo la convicción general tal y como se presentaba ésta antes del informe de la comisión sobre los atentados del 11 de septiembre, y que se basaba en los boletines de prensa y en la cronología que publicó el NORAD el 18 de septiembre de 2001. Se trata de mostrar por qué, basándose en esas informaciones, quienes critican los informes oficiales estiman que alguien impartió una orden de no intervenir. Es esencial tener en cuenta por qué la cronología de 2001 del NORAD fragilizó a las fuerzas armadas estadounidenses ante esta acusación para entender la nueva versión que establece el informe Kean-Zelikow.

Violaciones de los procedimientos operacionales: el vuelo AA11

[19] Según la cronología de 2001 del NORAD y los boletines de información que abordan el tema, he aquí lo que pasó con el vuelo AA11: entre las 8h14 y las 8h15 no se pliega a la orden de tomar altitud impartida por la FAA. Después, corta el contacto radial y apaga su transpondedor [20]. A las 8h20, el avión abandona completamente la ruta prevista en su plan de vuelo. El controlador aéreo concluye que probablemente ha sido secuestrado por piratas aéreos pero no advierte a los militares [21]. A las 8h21, un miembro de la tripulación se comunica por teléfono con American Airlines para informar que el avión es controlado por piratas aéreos que han matado ya varias personas [22]. A las 8h24, el controlador aéreo escucha la voz de un pirata aéreo que se dirige a los pasajeros: «Tenemos varios aviones bajo control. Quédense tranquilos y todo irá bien. Estamos regresando al aeropuerto.» [23] El controlador aéreo cuenta seguidamente que en ese preciso instante, «se da cuenta que se encuentra ante un secuestro» [24]. A las 8h25, controladores de Boston advierten a otros centros de control aéreo de la FAA que el vuelo n° 11 ha sido secuestrado [25]. A las 8h28, ven el avión desviarse 100 grados hacia el sur en dirección a Nueva York [26].

Sin embargo, según la cronología del NORAD del 18 septiembre, la FAA no alerta al NORAD (Neads) hasta las 8h40 [27]. O sea, en vez de advertir a los militares poco después de las 8h14 o inmediatamente después de las 8h20, como estipulan los procedimientos operacionales, la FAA espera entre 20 y 24 minutos luego de la aparición de los indicios de secuestro del vuelo n° 11. Al parecer, infringe deliberadamente los procedimientos operacionales. Según un comentario de ABC News: «No parece que se haya dado la alarma, al haberse tomado los controladores aéreos amplias libertades con las reglas de policía aéreas o los reglamentos militares. Existe una incógnita que será necesario dilucidar.» [28]

Hay otro elemento curioso en la cronología del NORAD. Esta afirma implícitamente que American Airlines no informa la situación a los militares cuando, según los artículos publicados en la prensa, la compañía aérea recibe a las 8h21 una llamada telefónica de un miembro de la tripulación advirtiendo que piratas aéreos se han apoderado del avión y que han matado a varias personas.

En todo caso, los críticos sugieren que si la cronología del NORAD es exacta, la FAA tiene que haberle dado a su personal la orden de no intervenir. Como ningún miembro del personal de la FAA ha sido despedido ni amonestado públicamente, hay grandes razones para sospechar que fue eso lo que pasó o que el NORAD dio una cronología falsa.

Por otro lado, esta nueva versión no libera de culpa a los militares. Cuando estos se enteraron, a las 8h40, de lo sucedido al vuelo n° 11, tendrían que haber enviado inmediatamente una orden de intercepción a la base aérea de McGuire, situada cerca, en el Estado de New Jersey. En ese caso los interceptores hubiesen estado en el aire a las 8h42. A 50 km por minuto, habrían podido cubrir a tiempo los 110 kilómetros que los separaban de la ciudad de Nueva York e interceptar el vuelo n° 11 un poco antes de las 8h46, hora en que éste se estrelló contra la torre norte. En vez de eso, el NORAD, según sus propias afirmaciones, no da la orden de despegue sino seis minutos más tarde, a las 8h46. Peor aún, no se da esa orden a la base de McGuire sino a la de Otis, situada en Cape Cod, Massachussets, que está al doble de distancia de Nueva York. Finalmente, los dos F15 esperan aún seis minutos más antes de despegar, lo cual significa que no están en el aire sino a las 8h52, o sea seis minutos después del golpe contra la torre norte [29]. Todos esos factores hacen pensar que los militares dieron la orden de dejar el tiempo correr, orden que vendría a agregarse a la orden de no intervenir de la FAA, como hace suponer la cronología del NORAD.

Violaciones de los procedimientos operacionales: el vuelo UA175

Sin embargo, a pesar de todos esos retrasos debidos a la FAA, al NORAD y a Otis, los F15 tendrían que haber llegado a Nueva York a tiempo para interceptar el vuelo 175 antes de que chocara con la torre sur, a las 9h03. Pero tampoco fue ese el caso. He aquí cómo se desarrollaron los hechos, según la cronología del NORAD y las observaciones que contiene.

Entre las 8h41 y las 8h42, los controladores aéreos de Boston oyen transmisiones sospechosas provenientes del n° 175, como lo siguiente: «Quédense todos sentados.» [30] Después, a las 8h42, el avión se desvía de su plan de vuelo y la señal de su transpondedor desaparece de las pantallas [31]. La FAA se pone en contacto con los militares casi de inmediato. El NORAD declara que no se le puso al corriente sino un minuto más tarde, a las 8h43. Esta precisión en el horario apareció publicada en varios diarios como el Washington Post el 12 de septiembre [32] antes de las declaraciones del NORAD del 18 de septiembre. Alertado rápidamente, el NORAD tiene por delante 20 minutos antes de las 9h30, hora del golpe contra la torre sur.

A pesar de eso, los interceptores designados para la misión son dos F15 en estado de alerta en la base de Otis y, como hemos visto, estos no despegan hasta las 8h52. No hay más remedio que concluir que se necesitaron nueve minutos para dar la orden de despegue y que esta fuera ejecutada. Esto es sencillamente sorprendente. La cronología del NORAD no da explicación alguna sobre ese enorme lapso de tiempo, pero es evidente que este resulta incompatible con los procedimientos operacionales.

Sin embargo, y a pesar de esos lapsos incomprensibles, los 11 minutos restantes deberían bastar ampliamente para realizar la intercepción. También se podría pensar que después del golpe del avión de pasajeros anterior contra la torre norte, las fuerzas armadas autorizarán a sus pilotos para que derriben el vuelo UA175 si este se niega a obedecer. Por consiguiente, incluso si los lapsos de tiempo disponible para evitar el golpe contra la torre norte son discutibles, sigue siendo evidente que era posible impedir el de la torre sur. A pesar de las explicaciones del NORAD, ahí están los hechos.

Nos dijeron que después de despegar, a las 8h52, los F15 se dirigen a Nueva York. Eso dicen tanto el teniente coronel Timothy Duffy, uno de los dos pilotos, como el general de división de la fuerza aérea Larry Arnold [33], al mando del NORAD. Según sus informes, los F15 vuelan tan rápido como es posible –Duffy precisa incluso que vuelan «a toda máquina durante todo el trayecto» [34], o sea que alcanzan los 3 000 km/h [35]. Como están en el aire desde las 8h52, deberían estar sobre Manhattan en seis minutos, o sea a las 8h58 [36]. Pero a las 9h03 –las 9h02, según el NORAD– hora del golpe contra la torre, los F15 están aún, según el NORAD, a 110 kilómetros de su objetivo [37]. Según los cálculos de los escépticos, los cazas no volaron a toda velocidad sino, seguramente, a una velocidad dos veces inferior [38]. Es evidente que alguien miente.

La nueva cronología del NORAD no despeja las dudas sobre un punto: la fuerza aérea no interceptó el vuelo UA175 simplemente porque no trató de hacerlo. El informe de la comisión sobre el 11 de septiembre trata de eliminar toda sospecha estableciendo aún una nueva cronología, tercera versión del informe oficial sobre los hechos del 11 de septiembre. Pero, antes de examinar esta última, es necesario retomar lo que ya dijimos sobre los vuelos AA77 y UA93.

Infracción de los procedimientos operacionales: el vuelo AA77

El vuelo AA77 sale del aeropuerto de Washington-Dulles a las 8h20 de la mañana. A las 8h46, se desvía claramente de su plan de vuelo [39]. A las 8h50, vuelve a su ruta, pero ya no tiene contacto radial [40]. En un artículo del New York Times se dice que los controladores aéreos se enteran casi al mismo tiempo de que el avión ha sido secuestrado [41]. A las 8h56, se apaga el transpondedor del avión [42]. Justo antes, según otros artículos de la prensa, el avión sobrevuela el noreste del Estado de Kentucky. Luego da media vuelta para volver hacia el este [43]. «Hacia las 8h57 –escribe el New York Times– se hace evidente que el vuelo 77 está perdido.» [44]

A pesar de ello, según el NORAD, la FAA no da la alarma para el vuelo AA77 hasta las 9h24, momento en que avisa que el avión puede haber sido secuestrado y que parece estar volviendo hacia Washington [45]. Eso significaría que aunque la FAA estaba, según el New York Times, al tanto del desvío del avión a las 9h50, esperó aún 34 minutos antes de alertar a los militares. Si se dan por ciertos el artículo del diario y la cronología del NORAD, la reacción de la FAA ante las anomalías del vuelo AA77 infringe los procedimientos operacionales aún más que en el caso del vuelo n° 11.

Pero, a pesar de todos los reproches contra la FAA, la cronología que publicó el NORAD el 18 de septiembre de 2001 no exonera a este último de críticas en cuanto a su propia reacción ante las anomalías del vuelo AA77. Es cierto que no se le puede reprochar, en este caso, el haber tardado en dar la orden de despegue. El NORAD afirma haber dado la orden de intercepción del vuelo AA77 a las 9h24, o sea algunos segundos después de haber recibido el mensaje de alerta, declaración que debería dar que pensar a los que creen que se necesitan varios minutos para dar una orden de intercepción.

Sin embargo, el problema es a qué base aérea fue enviada la orden. Se trata de la B.A. [46] de Langley, en Virginia, situada a 200 kilómetros de Washington. Según los críticos, la orden de intervenir tenía que haber sido enviada a la base de Andrews, en el Estado de Maryland, que está a 16 kilómetros de Washington y cuya misión consiste en garantizar la defensa aérea de la capital federal.

Otro enigma: a pesar de una orden de despegue impartida a las 9h24, parece que los F16 de Langley no despegaron hasta las 9h30. ¿Por qué necesitan seis minutos para despegar cuando vimos anteriormente que bastan dos minutos y medio para que un interceptor alcance 8,900 metros de altitud después de haber recibido la orden de despegue?

Otra interrogante: a pesar del retraso y de la lejanía de Langley, los F16 deberían haber llegado con tiempo más que suficiente para impedir el golpe contra el Pentágono a las 9h38, hora generalmente admitida, o incluso a las 9h37, hora de la cronología del NORAD [47]. Los F16 pueden volar a mach 2,5, o sea a 40 km por minuto. A esa velocidad, pueden recorrer los 210 que los separaban de Washington en apenas cinco minutos, lo que les deja casi tres minutos para interceptar y, si fuera necesario, derribar el avión desviado. Según la cronología que publicó el NORAD el 18 de septiembre de 2001, los F16, en vez de estar sobre Washington a las 9h35, están todavía a 170 kilómetros en el momento del golpe contra el Pentágono [48].

Los escépticos, después de hacer sus cálculos, subrayaron que la versión del NORAD es absurda. De ella se desprende que durante los ocho minutos de vuelo que siguieron al despegue, los F16 solamente recorrieron 40 kilómetros, lo cual significa que volaron a menos de 320 km/h [49].

Otra interrogante. ¿Por qué no se ordena la evacuación del Pentágono? Humorísticamente llamado por su personal «el punto cero», el Pentágono tiene un snack-bar que lleva ese nombre [50]. ¿Por qué razón las autoridades, que tienen conocimiento de los ataques del WTC y saben que el vuelo AA77 parece dirigirse hacia Washington, no lanzan la orden de evacuación inmediata? La respuesta oficial es que el secretario de Defensa Rumsfeld y otras autoridades del Pentágono no saben absolutamente nada del peligro, como declara un vocero del Pentágono: «El Pentágono simplemente no estaba al corriente de que el avión se dirigía hacia nosotros» [51] Sólo que, como en el informe del NORAD se señala a las 9h24 que el vuelo AA77 ha sido probablemente secuestrado y que parece dirigirse hacia Washington, no es posible estimar como fidedignas tales denegaciones.

Como todo el mundo lo entenderá inmediatamente, hay que revisar completamente la versión de los hechos relativos al vuelo AA77 que se ofreció al público el 18 de septiembre. Los militares utilizan el informe de la comisión sobre el 11 de septiembre para publicar una versión enteramente refabricada de la manera en que trataron el vuelo AA77. Pero, antes de estudiar esa versión revisada y corregida, es necesario analizar las infracciones de los procedimientos operacionales relacionadas con el vuelo UA, a la luz de lo que ya hemos descubierto.

Infracciones de los procedimientos operacionales: el vuelo UA93

Esta es la versión generalmente aceptada sobre el vuelo UA93 según la cronología de 2001 del NORAD y de los hechos con él relacionados. El avión sale de Newark a las 8h42. A las 9h27, se hace evidente que los piratas aéreos han tomado el control de la cabina de pilotaje y los controladores aéreos oyen a uno de ellos, que habla con acento extranjero, decir que hay una bomba a bordo [52]. Hacia las 9h28, los controladores oyen gritos, ruidos amortiguados y hombres que hablan de «nuestras exigencias» en un inglés muy rudimentario, ampliamente mezclado con palabras extranjeras [53]. Es evidente que se está desarrollando un secuestro aéreo. Ello se hace más claro aún a las 9h30, cuando desaparece la señal del transpondedor [54], todavía más a las 9h34 cuando los controladores escuchan el siguiente mensaje: «Señoras y señores, les habla el comandante de la nave. Les rogamos que vuelvan a sus asientos y se mantengan sentados. Hay una bomba a bordo.» [55]

A pesar de ello, durante todo ese lapso de tiempo, si creemos la cronología del NORAD, la FAA no se pone en contacto con los militares para pedir ayuda. Después de la llamada de la FAA al Neads, la cronología lleva simplemente la mención «N/A», o sea «no pertinente».

Sin embargo, según un comunicado de CNN, el 17 de septiembre de 2001 el NORAD declaró que la FAA señaló al Neads a las 9h16 que el vuelo UA93 tenía dificultades. Si esa información es exacta, quiere decir que la FAA aplicó sus procedimientos con mucha rapidez, señalando al Neads un desvío sobre la base de indicios que no conocemos aún. Claro está, como seguimos sin conocerlos, se podría considerar simplemente esa información como un error individual que no se debe tener en cuenta. Pero, la idea de que el NORAD fue alertado sobre el vuelo UA93 a las 9h16 está al parecer muy clara en la memoria colectiva de su personal. Cuando, en su testimonio del 23 de mayo de 2003 ante la comisión investigadora sobre el 11 de septiembre, el general Larry Arnold, del NORAD, repite esa versión de los hechos al declarar que a las 9h16 la FAA señaló un posible secuestro del vuelo UA93 [56] de la compañía United Airlines, esa afirmación da lugar a una aclaración en el informe de la comisión sobre el 11 de septiembre. Subrayando que esa aserción proviene de «autoridades del NORAD», la comisión declara: «Esa información es inexacta. No hay ningún secuestro señalado a las 9h16. El vuelo UA93 estaba nominal [57] en aquel momento.»

Como quiera que sea, la cronología que publicó el NORAD el 18 de septiembre de 2001, y que se convirtió en versión oficial, implica no sólo que la FAA no reaccionó mejor que en los casos de los otros vuelos sino que lo hizo peor aún ya que, a pesar de una serie de indicios que aparecen a las 9h27 y que no dejan lugar a dudas en cuanto al secuestro del vuelo UA93, la FAA nunca entró en contacto con los militares.

Podría pensarse que esta cronología del NORAD, al indicar que el ejército no fue alertado en cuanto al vuelo UA93, desecha la posibilidad de una mala reacción de los militares en cuanto al incidente. Esto es sin embargo falso, aunque las sospechas existentes en este caso implican un error de otro tipo y no el de los casos anteriores. En estos, la hipótesis es que los militares no derribaron los aviones de pasajeros cuando deberían haber sido derribados. En el último caso, la hipótesis es que derribaron un avión que no deberían haber derribado. Varias razones conducen a esa conclusión.

En primer lugar, aunque no hay unanimidad en lo tocante a la hora de la caída del vuelo UA93, todo el mundo opina que no se produjo antes de la 10h03 [58]. Al haber dado el vicepresidente Cheney, según varias fuentes de información que coinciden en ello [59], la orden a los interceptores de derribar el vuelo UA93 poco después de las 9h56, estos disponen del tiempo necesario para ejecutarla.

Segundo: Se reporta que un edecán militar le pregunta al vicepresidente Cheney: «Un avión está volando a 130 kilómetros de aquí. Hay un interceptor cerca. ¿Disparamos?» Cheney responde que sí. El F16 se lanza entonces tras el vuelo UA93. En el momento en que el caza se aproxima al avión de pasajeros, Cheney oye que le piden dos veces que confirme la orden de fuego. Y la confirma [60].

Tercero: La cadena CBS reporta, poco antes de la caída del aparato, que dos cazas F16 siguen de cerca el vuelo UA93. Ignorando la orden estricta dada a los controladores de no decir nada a los medios de difusión, un controlador aéreo anuncia que «un F16 sigue de cerca el vuelo UA93» [61].

Cuarto: El secretario adjunto de Defensa, Paul Wolfowitz, confirma posteriormente esas declaraciones cuando dice que «la fuerza aérea perseguía un avión secuestrado que se estrelló en Pennsylvania […] y tuvo la posibilidad de derribarlo, en caso de necesidad» [62].

Quinto: Testigos oculares sostuvieron que el avión fue «perforado» por uno o dos misiles. Varias personas afirman haber oído «una fuerte explosión» o «dos fuertes explosiones» justo antes de que el avión empezara a caer. El alcalde Shanksville declaró conocer a dos personas, una de las cuales estuvo en Vietnam, que le dijeron haber oído un misil [63] Otros testigos encontraron, a 13 kilómetros de distancia del punto de impacto, pedazos de material así como probables restos humanos [64]. Obreros de una obra en construcción situada a 10 kilómetros del punto de impacto declaran haber visto pedazos que formaban como una nube de confeti caer sobre el lago donde estaban trabajando y sobre las granjas de los alrededores después de haber oído la explosión [65]. Finalmente, una pieza de uno de los dos motores que pesaba alrededor de media tonelada fue encontrada «a una distancia considerable» del lugar del impacto, según las comprobaciones del FBI. El artículo de un diario encuentra este hecho «extraño» ya que, al rastrear la fuente de calor, los misiles aire-aire Sidewinder que llevan los F16 habrían tenido que golpear más bien uno de los dos enormes motores del Boeing 757 [66].

Sexto: Llamadas telefónicas de pasajeros, algunas de las cuales fueron escuchadas por el FBI [67], indican que varios pasajeros –entre ellos un piloto [68]– pelearon con los piratas para retomar el control del avión. Algunos indicios hacen pensar que en el momento en que parecía que iban a lograrlo el avión fue golpeado. Por ejemplo, una mujer que había dicho un poco antes a su marido que los pasajeros estaban tratando de entrar por la fuerza en la cabina de pilotaje, exclama: «¡Lo van a lograr! ¡Lo están logrando! ¡Lo están logrando!» Justo entonces, el marido oye alaridos seguidos de «un ruido de aire, como una fuerte ráfaga de viento» y más gritos, después pierde el contacto [69]. Otro pasajero que llama desde un baño dice haber oído «una fuerte explosión» y que ve humo un humo blanco que viene del avión [70]. Según un artículo del Mirror: «Varias fuentes declaran que lo último que se oye en la cinta de la grabadora de voz de la cabina de pilotaje es un ruido de viento que hace pensar que el aparato ha sido perforado.» [71].

Séptimo: el comandante Daniel Nash, uno de los dos pilotos de la patrulla de F15 enviada a New York, informó más tarde que a su regreso a su base se le informó que cazas F16 habían derribado un cuarto avión de pasajeros en Pennsylvania [72].

Ese se extendió lo suficiente como para que, cuando el general compareció ante la comisión del Senado para las Fuerzas Armadas, el 13 de septiembre de 2001, el presidente de dicha comisión, el senador Carl Levin, sostuviera que existían declaraciones según las cuales «el aparato que se estrelló en Pennsylvania fue abatido». Y agrega: «Esas historias siguen circulando.» Myers afirma que los militares no han derribado ningún aparato [73].

Existen, sin embargo, graves indicios de que efectivamente abatieron el vuelo UA93 y de que lo hicieron en el momento en que los pasajeros estaban a punto de retomar el control del aparato. El derribo de un avión civil en esas condiciones constituye, evidentemente, una clara infracción de los procedimientos operacionales.

En resumen: Los elementos probatorios disponibles sobre cada uno de los vuelos analizados establecen que el 11 de septiembre, no sólo la FAA sino también los militares infringieron los procedimientos operacionales relativos a la seguridad del espacio aéreo federal. Independientemente de que adopten la primera o la segunda versión oficial de los hechos, los críticos tienen buenas razones para pensar que se ordenó la suspensión de los procedimientos operacionales aquel día.

El primer capítulo del informe de la comisión sobre el 11 de septiembre apunta principalmente a dejar sin fundamento esas sospechas. ¿Cómo procede el informe? Nada menos que ofreciéndonos una tercera versión oficial de los hechos. Los siguientes capítulos estudiarán la nueva tesis de la comisión sobre los cuatro vuelos. Le daré al lector una visión de conjunto de las tres versiones oficiales de los hechos relativos a cada uno de los vuelos.

VERSIÓN 1 DEL 11 AL 14 DE SEPTIEMBRE DE 2001

1 – Vuelo AA11

07 h 59: despegue en Boston

08 h 46: golpe contra la torre norte del WTC

Ningún despegue de patrulla de la D.A. (Defensa Aérea)

2 – Vuelo UA 175

08 h 14: despegue en Boston

09 h 03: golpe contra la torre sur del WTC

Ningún despegue de patrulla de la D.A.

3 – Vuelo AA77

08 h 20: despegue en el aeropuerto de Washington-Dulles

09 h 38: golpe contra el Pentágono

Ningún despegue de patrulla de la D.A.

4 – Vuelo UA93

08 h 42: despegue en Newark

10 h 03 ó 10 h 06: el vuelo se estrella en Pennsylvania.

Una patrulla de la D.A. despega poco antes de la caída del aparato.

VERSIÓN 2, PUBLICADA POR EL NORAD EL 18 DE SEPTIEMBRE DE 2001

1 – Vuelo AA11

08 h 40: la FAA alerta al Neads, por consiguiente al NORAD.

08 h 46: impacto, el Neads da la orden de intercepción a la base de Otis

08 h 52: despegue de los F15 de Otis.

2 – Vuelo UA175

08 h 43: la FAA alerta al Neads, por consiguiente al NORAD.

08 h 46: orden de intercepción del Neads (a los dos mismos F15 que para el vuelo AA11)

08 h 52: despegue de los F15 de Otis.

09 h 02 (aproximadamente): impacto; los dos F15 están a 110 kilómetros del lugar del impacto.

3 – Vuelo AA77

09 h 24: la FAA alerta al Neads, por consiguiente al NORAD.

09 h 24: el Neads da la orden de intercepción a Langley.

09 h 30 : despegue de los F16 de Langley

09 h 37 (aproximadamente): impacto ; los F16 están a 170 kilómetros del lugar del impacto.

4 – Vuelo UA93

La FAA informa: N/A (no pertinente)

Orden de intercepción N/A, los F16 de Langley han despegado ya para interceptar el vuelo AA77.

10 h 03 (aproximadamente): el aparato se estrella; los F16 están a 170 kilómetros del punto de impacto (defendiendo Washington).

VERSIÓN 3: INFORME DE LA COMISIÓN SOBRE EL 11 DE SEPTIEMBRE, JULIO DE 2004, PP. 32 Y 33

1 – Vuelo AA11

08 h 25: la FAA –CCA (Centro de Control Aéreo) de Boston– tiene conocimiento del desvío.

08 h 30: la FAA –CCA de Boston– informa al Neads (NORAD) del desvío.

08 h 46: orden de intercepción del Neads a la base de Otis.

08 h 46M40S: el vuelo AA11 se estrella contra el WTC.

08 h 53: despegue de los F15 de Otis.

09 h 16: American Airlines se entera de que el vuelo AA11 se ha estrellado contra el WTC.

09 h 21: el CAA de Boston informa por error que el vuelo AA11 se dirige hacia Washington.

09 h 24: el Neads da a los F16 de Langley la orden de interceptar un vuelo n° 11 fantasma.

2 – Vuelo UA17

08 h 42 – 08 h 47: indicios de secuestro.

08 h 52: un miembro de la tripulación alerta sobre el secuestro.

08 h 55: el CAA de Nueva York sospecha un secuestro.

09 h 03: el vuelo UA175 se estrella contra el WTC.

09 h 15: la FAA informa al Neads sobre el golpe, al cabo de 12 minutos.

3 – Vuelo AA77

09 h 05: American Airlines tiene conocimiento del secuestro.

09 h 24: el Neads da a los F16 la orden de interceptar el vuelo fantasma AA11, no el AA77.

09 h 34: la FAA informa al Neads que el vuelo AA77 está desaparecido (no que está secuestrado).

09 h 38: el vuelo AA77 se estrella contra el Pentágono.

09 h 38: los F16 enviados en misión de intercepción del vuelo AA11 están a 240 kilómetros de Washington (fueron enviados en la dirección errónea).

4 – Vuelo UA93

09 h 34: el puesto de mando de la FAA entra en conocimiento del secuestro.

10 h 03: el vuelo UA93 se estrella.

10 h 07: la FAA –el CAA de Cleveland– informa al Neads del secuestro.

10 h 15: la FAA –el CAA de Washington– informa al Neads la caída del aparato.

NOTAS:

[1] Standard operating procedures, Procedimientos Operacionales Normales (PON). Se trata de los procedimientos de respuesta a las situaciones de crisis previsibles, en oposición a los Contingency operating procedures (Procedimientos Operacionales Circunstanciales – POC) que rigen las respuestas a las situaciones imprevistas. En el caso que nos ocupa, los PON deberían haber sido suficiente ante los desvíos de aviones, previstos en los procedimientos civiles y militares de la dirección de la aviación civil estadounidense. En lo adelante nos referiremos a los PON con el nombre usual de «procedimientos operacionales» (NdT).

[2] The FAA’s Aeronautical Information Manual: Official Guide to Basic Flight Information and Air Traffic Control (ATC) Procedures Manual de Informaciones Aeronáuticas de la FAA: Guía oficial de informaciones de vuelo elementales de los procedimientos de control aéreo

[3] Directiva n° 3610.01 A del Jefe del Estado Mayor Interarmas fechada el 1ro de junio de 2001, Piratería Aérea (secuestros) y Destrucción de Objetos Volantes Incontrolados (www.dtic.mil).

[4] Despegue inmediato. Expresión heredada de la Batalla de Inglaterra que se conserva en la mayoría de las Fuerzas Aéreas modernas (NdT).

[5] Glen Johnson, Otis Fighter Jets Scrambled Too Late to Halt the Attacks (Los interceptores de Otis despegaron demasiado tarde para poder impedir los ataques [Boston Globe- http://nl.newsbank.com/nl-search/we/Archives , 15 de septiembre.

[6] Ibid.

[7] Comunicado de la FAA a la prensa fechado el 9 de agosto de 2002 citado en la obra de William Thomas Pentagon Says 9/11 Interceptors Flew: Too Far, Too Slow, Too Late (El Pentágono declara que los interceptores partieron de demasiado lejos, demasiado despacio y demasiado tarde) y en la de Jim Marrs, Inside Job: Unmasking the 9/11 Conspiracies (Trabajo desde adentro: desenmascarar los complots del 11 de septiembre) (San Rafael: Origin Press, 2004), pp145 a 149.

[8] Testimonio del general de ejército Ralph E. Eberhart, comandante del NORAD, ante el Congreso en octubre de 2002 y artículo publicado en la revista Slate el 16 de enero de 2002.

[9] Nafeez Mosaddeq Ahmed, The War on Freedom: How and Why America Was Attacked September 11, 2001 (op. cit.), p. 151.

[10] U.S. Senator Carl Levin (D-MI) Holds Hearing on Nomination of General Richard Myers to be Chairman of The Joint Chiefs of Staff (El senador estadounidense Carl Levin (Demócrata, por Michigan) da una audiencia sobre la nominación del general de ejército de la fuerza aérea Richard Myers para el cargo de presidente del Comité de Jefes de Estados Mayores), comisión senatorial para las fuerzas armadas, Washington D.C., 13 de septiembre de 2001. Esa parte de la entrevista aparece en el libro de Thierry Meyssan, La gran impostura, pp. 161 a la 163.

[11] Glen Johnson, Otis Fighter Jets (Les intercepteurs d’Otis).

[12] CBS News, programa del 14 de septiembre de 2001.

[13] Chairman of the Joint Chiefs of Staff committee (Presidente del Comité de Jefes de Estados Mayores). En Estados Unidos, los jefes de Estados Mayores de las fuerzas terrestres, de la marina y de la fuerza aérea son, en principio, autónomos. En realidad, se reúnen en el seno de un comité que preside un ex jefe de estado mayor de ejército, el CJCS. El presidente del Comité de Jefes de Estados Mayores corresponde al jefe de Estado Mayor interarmas del sistema francés, quien es el verdadero jefe de las fuerzas armadas. Subordinado directamente al presidente de la República en tiempo de guerra, en tiempo de paz responde ante el ministro de Defensa. En Estados Unidos, el CJCS a menudo trata directamente con el Presidente y asiste, en principio, a las reuniones del Consejo de Seguridad Nacional que se ocupa de las crisis durante las sesiones de la Oficina Oval.(NdT)

[14] Matthew Wald, After the Attacks: Sky Rules; Pentagon Tracked Deadly Jet but Found No Way to Stop It (Después de los ataques: los procedimientos aéreos; el Pentágono persiguió un avión asesino pero no pudo detenerlo) New York Times, 15 de septiembre de 2001.

[15] The 9/11 Commission, Staff Report, May 19, 2004. (Comisión sobre el 11 de septiembre, informe del equipo, 19 de mayo de 2004) citado por Paul Thompson en su libro, The Terror Timeline, p. 439.

[16] Este programa, además de ser citado por Johnson, es mencionado por George Szamuely en su libro Scrambled Messages (Mensajes confusos), New York Press, pp. 14 à 50 como la primera aparición de la nueva versión que se convertirá pronto en tesis oficial.

[17] Grupo fecha-horario. Expresión militar referida a la manera de situar los hechos en el tiempo en los informes y minutas.

[18] NORAD’s Response Times (Los tiempos de respuesta del NORAD), [comunicado a la prensa del North American Aerospace Defense Command, 18 de septiembre de 2001, www.standdown.net/noradseptember182001pressrelease.htm)].

[19] El vuelo AA11 de American Airlines AA11, a menudo designado en el texto bajo la apelación de vuelo n° 11.

[20] Christian Science Monitor, 13 de septiembre de 2001; MSNBC, 15 de septiembre de 2001; New York Times, 16 de octubre de 2001; Associated Press, 12 de agosto de 2002.

[21] ABC News, 14 de septiembre de 2001; New York Times, 15 de septiembre de 2001.

[22] Boston Globe, 23 de noviembre de 2001; ABC News, 18 de julio de 2002.

[23] New York Times, 12 de septiembre de 2001; Guardian, 12 de octubre de 2001; Boston Globe, 23 de noviembre de 2001. Ben Sliney, nuevo director de operaciones del centro de mando de la FAA, contó después que oyó enseguida el mensaje que contenía la frase «Tenemos varios aviones bajo control» y que la tuvo presente toda la mañana. (USA Today, 18 de agosto de 2002).

[24] Village Voice, 13 de septiembre de 2001.

[25] Guardian, 17 de octubre de 2001.

[26] Christian Science Monitor, 13 de septiembre de 2001.

[27] CNN, 17 de septiembre de 2001; Washington Post, 12 de septiembre de 2001; NORAD, 18 de septiembre de 2001.

[28] ABC News, 14 de septiembre de 2001.

[29] NORAD’s Response Times (Los tiempos de respuesta del NORAD) 18 de septiembre de 2001.

[30] Guardian, 17 de octubre de 2001, New York Times, 16 de octubre de 2001, Boston Globe, 23 de noviembre de 2001.

[31] Boston Globe, 23 de noviembre de 2001; New York Times, 16 de noviembre de 2001.

[32] Washington Post, 12 de septiembre de 2001, CNN, 17 de septiembre de 2001, NORAD’s Response Times [Los tiempos de respuesta del NORAD] 18 de septiembre de 2001.

[33] ABC News, 11 de septiembre de 2002, MSNBC, 23 de septiembre de 2001, Slate, 17 de enero de 2002.

[34] William B. Scott, Aviation Week and Space Technology, 3 de junio de 2002. (www.aviationnow.com/content/publication/awst/20020603/avi_stor.htm).

[35] Air Force News, número del 30 de julio de 1997.

[36] Un artículo del Cape Cod Times del 16 de septiembre de 2001 cita a un vocero de la base aérea de Otis que explica que «un F15 que despega de Otis puede estar sobrevolando Nueva York en 12 minutos». Esa declaración, que presupone una velocidad media de 1 610 km/h pudo tener alguna incidencia en las horas de alerta y despegue.

[37] «NORAD’s Response Times» [Los tiempos de respuesta del NORAD] 18 de septiembre de 2001

[38] Stan Goff, The So-Called Evidence is a Farce [La supuesta prueba no es más que una gran mentira] Narco News n° 14 del 10 de octubre de 2001 (www.narconews.com). George Szamuely, Scrambled Messages [Mensajes confusos] New York Press, 14/50 (www.nypress.com/14/50/taki/bunker.cfm).

[39] Ese desvío de su trayectoria aparece en el trazado del vuelo AA77 que publicó USA Today en la primera página del artículo de Paul Thompson sobre la cronología del vuelo AA77.(www.cooperativeresearch.org/timeline.jsp?timeline=complete_911_timeline&day_of_911=aa7).

[40] Guardian, 17 de octubre de 2001, New York Times, 17 de octubre de 2001, Boston Globe, 23 de noviembre de 2001.

[41] New York Times, 15 de septiembre de 2001.

[42] Newsday, 23 de septiembre de 2001, Guardian, 17 de octubre de 2001, Boston Globe, 23 de noviembre de 2001.

[43] Washington Post, 12 de septiembre de 2001 y Newsday, 23 de septiembre de 2001.

[44] New York Times, 16 de octubre de 2001.

[45] Washington Post,12 de septiembre de 2001, CNN, 17 de septiembre de 2001, Associated Press, 19 de agosto de 2002; NORAD’s Response Times [Los tiempos de respuesta del NORAD] 18 de septiembre de 2001.

[46] B.A. significa base aérea. Se trata de una abreviación muy corriente en los medios aeronáuticos. (NdT)

[47] El Informe de la comisión sobre el 11 de septiembre precisa «09H37M46S» (p. 33).

[48] NORAD’s Response Times [Los tiempos de respuesta del NORAD] 18 de septiembre de 2001 (ver debajo nota 69); Newsday, 23 de septiembre de 2001.

[49] George Szamuely, Nothing Urgent [No hay apuro] disponible en el sitio web New York Press 15/2 (www.nypress.com/15/2/taki/bunker.cfm).

[50] Telegraph, 16 de septiembre de 2001.

[51] Air Attack on Pentagon Indicates Weaknesses [El golpe aéreo contra el Pentágono demuestra la existencia de lagunas] Newsday, 23 de septiembre de 2001.

[52] Pittsburgh Post-Gazette, 29 de octubre de 2001, Boston Globe, 23 de noviembre de 2001; Jere Longman, Among the Heroes: United Flight UA93 and the Passengers and Crew Who Fought Back [Entre los héroes: el vuelo UA93 y los pasajeros y miembros de la tripulación que opusieron resistencia] (Nueva York: Harper & Collins, 2002), p.208.

[53] Guardian, 17 de octubre de 2001, Boston Globe, 23 de noviembre de 2001, MSNBC, 30 de julio de 2002.

[54] CNN, 17 de septiembre de 2001, MSNBC, 3 de septiembre de 2002.

[55] Newsweek, 22 de septiembre de 2001, Pittsburgh Post-Gazette, 28 de octubre de 2001.

[56] Disponible en el sitio www.9-11commission.gov/archive/hearing2/ 9-11commission_Hearing_2003-05-23.htm.

[57] Nominal. Lenguaje aeronáutico proveniente del inglés. Significa que el vuelo se desarrolla conforme a los datos teóricos fijados antes del despegue, ruta, altitud, velocidad y cronología previstos en el plan de vuelo.

[58] Hay un debate sobre la hora, pero sólo para saber si fue a las 10h03 o a las 10h06, como recordaremos después.

[59] USA Today, 16 de septiembre de 2001, Washington Post, 27 de enero de 2002, ABC News y CBS News del 11 de septiembre de 2002.

[60] Pittsburgh Post-Gazette, 28 de octubre de 2001, Washington Post, 27 de enero de 2002.

[61] CBS News, 11 de septiembre de 2001, Associated Press, 13 de septiembre de 2001, Nashua Telegraph, 13 de septiembre de 2001.

[62] Boston Herald, 15 de septiembre de 2001. El artículo de Matthew Wald en el New York Times de aquel día, intitulado After the Attacks: Sky Rules. [Después de los ataques: las reglas de seguridad del espacio aéreo] también mencionaba la declaración de Paul Wolfowitz.

[63] Cleveland Newschannel 5, 11 de septiembre de 2001, Philadelphia Daily News, 15 de noviembre de 2001, Pittsburgh Post-Gazette, 12 de septiembre de 2001, St. Petersburg Times, 12 de septiembre de 2001.

[64] Reuters News Service, 13 de septiembre de 2001, CBS News, 23 de mayo de 2002, Pittsburgh Tribune-Review, 14 de septiembre de 2001.

[65] Pittsburgh Post-Gazette, 13 de septiembre de 2001.

[66] The Independent, 13 de agosto de 2002, Philadelphia Daily News, 14 de noviembre de 2001.

[67] MSNBC del 11 de septiembre de 2002, Jere Longman, Among the Heroes [Entre los héroes] p. 110.

[68] Newsweek, 22 de septiembre de 2001, Pittsburgh Post-Gazette, 28 de octubre de 2001, Telegraph, 6 de agosto de 2002.

[69] Pittsburgh Post-Gazette, 28 de septiembre de 2002, Longman, Among the Heroes, p. 180.

[70] ABC News, 11 de septiembre de 2001, Associated Press, 12 de septiembre de 2001. Longman (p. 264) y el artículo del Mirror reportan que aunque el FBI negó más tarde que en la grabación de esa llamada se mencionara humo o explosión alguna, a la persona que interceptó esa llamada se le prohibió hablar con la prensa.

[71] Mirror, 13 de septiembre de 2002, Longman, Among the Heroes, p. 180.

[72] William B. Scott, Exercise Jump-Starts Response to Attacks, Aviation Week and Space Technology, 3 de junio de 2001, Cape Cod Times, 21 de agosto de 2002.

[73] Ese intercambio es citado en el libro de Thierry Meyssan, La gran impostura(p. 162 de la versión en inglés).

4. ATTA, EL CEREBRO

1. Según el fiscal general alemán

El fiscal federal Kay Nehm es la persona con más información sobre los atacantes del 11-S, a cuyo grupo bautizó con el nombre “la célula de Hamburgo”. El único investigador judicial, es decir, competente, en un estado de derecho. Sus conclusiones son que Atta fue el cerebro, y que la célula de Hamburgo no tenía ningún vínculo con Bin Laden.

A estas declaraciones explosivas, cuando ya estaba en marcha la campaña contra Bin Laden por parte de los neoconservadores, siguió otro hecho igualmente insólito y extraordinario. Se silenció a la investigación judicial, Bush secuestró la investigación en los EE.UU. y silenció a la investigación en Alemania. Ante lo cual no sabemos qué es más importante, las revelaciones del fiscal General, quien incluso llegó a decir que Atta, por documentos de la investigación, era enemigo de Bin Laden. O bien, el silencio y complicidad de la prensa, y sobretodo el silencio de los jueces del mundo y de los EE.UU. en particular, ante la tiranía de unos incompetentes neoconservadores que estaban ninguneando su autoridad, su independencia, y su campo de acción.

El encargo del FBI a Kay Nehm

El FBI solicitó ayuda a las autoridades judiciales alemanas, a la misma noche 11 de septiembre, a las 00’18 horas. Efectivamente el FBI trasmitió una lista de 18 sospechosos a la embajada estadounidense en Berlín y a la policía criminal alemana. En el fax, enviado del atentado, pedían especialmente información sobre las actividades de Atta y Marwan Shehhi. Adjuntaron ya en este primer fax toda la información que fueron recopilando en las primeras horas sobre Atta y sus amigos de Hamburgo: los domicilios de Atta en los EE.UU., copias de los billetes de avión, y otros datos recopilados (Der Spiegel, 207).

No enviaron en este primer fax ni la lista de islamistas religiosos, fichados y conocidos, residiendo en Alemania, no les enviaron nombres de conocidos militantes de Al Qaeda y del entorno de Bin Laden en Alemania, siendo en Hamburgo inexistentes, sino únicamente los nombres de los pilotos de Hamburgo y sus amigos.

A las 15 horas la policía alemana ya conocía la identidad de los autores. Mientras tanto la prensa hacía publicidad de Bin Laden, silenciando a Atta.

La misma noche del 11 septiembre registraron los domicilios de Atta y sus amigos, y los expedientes de Atta en la universidad de Hamburgo. El mismo día registraron la casa de Atta en Hamburgo y su amigo, mientras iban deteniendo y anunciando detenciones de personas relacionadas con Al Qaeda. Mientras en la prensa estaban difundiendo la biografía de Bin Laden y hablando de la futura guerra a Afganistán, la policía iba investigando A Atta y sus amigos, hechos que se hablaría en la prensa y de manera distorsionada en días posteriores.

La investigación del fiscal general

El fiscal general federal Kay Nehm, en la misma semana del 11 de septiembre, respondiendo a la solicitud del FBI, aceleró la investigación sobre los autores de los ataques del 11-S, sobretodo para prevenir un futuro atentado si habían otros combatientes preparados a actuar después del 11-S. La investigación de este fiscal, alguien considerado muy meticuloso, profesional y estricto en las argumentaciones, explicó públicamente que Mohammed Atta era antitalibán y enemigo de Bin Laden. Seguramente lo hizo con voluntad de ayudar a los americanos en la Investigación y al verlos tan desorientados, ansiosos de bombardear a Afganistán y crédulos en la autoría de Bin Laden, que no tenía ningún fundamento judicial, basado en rumores de la CNN, confirmados por los cabeza calientes del equipo Bush. Y dio los datos que tenía de la célula de Hamburgo. El Sr. Nehm, afectado por los ataques del 11-S, organizados en Alemania, investigó y llegó a conclusiones antes citadas, que rápidamente aportó a los norteamericanos y a la opinión mundial, quien creía que estaban deseosos de conocer la verdad, pero como veremos, sólo deseaban aprovechar la tragedia del 11-S, como oportunidad para empezar una serie de guerras interminables. Kay Nehm confirmó el liderazgo de Atta de la célula de Hamburgo: “Atta era el líder natural de la célula de Hamburgo por su capacidad organizativa y por ser el mayor”.

El Sr. Nehm explicó los objetivos del grupo y reiteró que se formó a través de Atta: “Atta fue el epicentro. La célula de Hamburgo se formó a través de Atta y tenía por objetivo el ataque espectacular de edificios simbólicos americanos”
E. Val. La Vanguardia del 16 de septiembre del 2001.

Según el fiscal Kay Nehm, hay evidencias de que el grupo formado por Atta ya existía en octubre 1999, y por tanto ya habían decidido los objetivos contra el Centro de Comercio Mundial y contra los EE.UU.

El fiscal Nehm declaró que hasta ahora las investigaciones bajo su dirección no han puesto al descubierto ningún vínculo de los terroristas con el millonario saudí Bin Laden. Estas declaraciones silenciadas por la prensa (quien sabe porqué) debieron hacer rabiar a Bush y a su banda, quienes se la pasaban afirmando que había vinculaciones entre Bin Laden y el grupo de Hamburgo, pero que no se podían decir porque eran secretas. El mentiroso Powell aseguraba que el Gobierno tenía pruebas (que nunca mostraron).

El fiscal Nehm desautorizó las declaraciones de los gobernantes de los EE.UU. de entrada, categóricamente y públicamente. Y los políticos, sobrepasándose a la Justicia, adelantándose al dictamen de expertos, a las investigaciones de especialistas, dieron la versión de los hechos que ya sería la definitiva “la teoría conspirativa de Bin Laden y de los islamistas radicales”, aportada por los gobernantes, políticos, y no por juristas. Dado a resaltar. ¿Dónde está la Justicia en los EE.UU.? ¿Dónde están los jueces, fiscales, juristas en los EE.UU.?

A este fiscal nadie le ha contradicho, nadie le ha respondido, nadie le ha desautorizado, nadie le ha tratado de mentiroso. Por mis investigaciones en Internet, lo han simplemente silenciado, algunos se han atrevido a insultarle personalmente tratándolo de extravagante y poco serio, o al menos han conseguido acallarlo completamente. Es un personaje clave a investigar, porque conoce bien, mejor que los americanos, la vida del grupo de Hamburgo.

¿Cómo es que se ignore la valoración de un juez, del propio fiscal general, que trabaja en hechos y no en conjeturas, que habla a partir de realidades y no de fantasías de las cuevas de Afganistán? ¿Cómo es posible que una banda de mentirosos retorcidos pudieran acallar a un juez en el propio terreno y trabajo de juez?

No se volvió a hablar más del fiscal. Ni éste volvió a colaborar con declaraciones públicas para ayudar en resolver la investigación. Se calló, ¿Es que recibió presiones de los americanos? ¿Por qué, si tiene tan buenas informaciones y evidencias, se calla? ¿Por qué cuando machaconamente estuvieron meses y meses vinculando Bin Laden con el grupo de Hamburgo, no explicaba lo que sabía? ¿Por qué ha seguido ocultando información? ¿Por qué ha permitido que se estableciera fraudulentamente (sin pruebas) la vinculación entre Atta y Bin Laden? ¿Si no mintió la primera semana, pues ni él al no ser político, en principio no tiene porqué inventarle enemigos a Bin Laden?

Si se hubiera equivocado, los americanos lo hubieran señalado y resaltado. Los políticos americanos no han ahorrado las críticas a los alemanes, pues todo el plan de ataque se fraguó en Alemania. Si el fiscal hubiera incurrido en alguna falta o error al defender la inocencia de Bin Laden, y la consiguiente autoría de Atta, habría salido en grandes titulares en los medios de masas.

La conclusión del fiscal general concuerda con la del padre de Mohamed Atta, quien afirmó reiteradamente que su hijo era contrario a Bin Laden y a los terroristas islámicos. “Mi hijo decía que los terroristas de Al Qaeda eran gente irresponsable y sin cerebro”, cita textualmente Cardeñosa (Historia de una infamia, pag.82)

La diferencia de las argumentaciones del Gobierno Bush se basan en su sola honorabilidad y en la certeza de sus creencias. En cambio las argumentaciones judiciales se basan en pruebas, y cada afirmación debe ir acompañada de pruebas. Ustedes amigos, escojan, o las argumentaciones basadas en derecho, o las conclusiones sin investigación basadas en la certeza y convicción al 99% de los neoconservadores del Gobierno Bush.

2. Atta, reconocido como líder del grupo por todas las policías.

Sigamos con los hechos. Mohamed Atta es el hombre decisivo del grupo de secuestradores, el líder y máximo responsable de la acción, según la justicia alemana, el FBI y CIA y los medios de comunicación del mundo, quienes no pueden negar las evidencias, los hechos.

Ninguno de los responsables de seguridad de las diferentes policías norteamericanas niegan el liderazgo y la responsabilidad de Atta en el atentado. Ni la INTERPOL, ni las policías de los Estados europeos, ni de los países musulmanes, niegan la autoría de Mohamed Atta.

Silencio de los magistrados del mundo entero.

Dos semanas más tarde, el FBI se vio obligado a señalar a Atta, como el organizador y cabecilla del atentado, tal como lo hizo el fiscal Nehm. Lo pasan de ser un soldado raso a las órdenes del millonario Bin Laden, de ser un simple fanático suicida con ganas de ver a Alá, a ser el jefe del grupo, con decisiones sobre el objetivo, el día, la hora, etc. Así la esquizofrenia del FBI es menos grave, y rebajan el rol de Bin Laden a simple mecenas.

Dan la razón a la afirmación del juez Nehm, pero callan lo importante: Atta y su grupo no tenían relación con Bin Laden, ni con Al Qaeda. Callan que Atta y Bin Laden eran enemigos. Se hizo un sepulcral silencio sobre la enemistad entre Atta y Bin Laden. Ni se contestó, ni se comentó ni se volvió a hablar jamás de las revelación del juez alemán.

En la prensa, salió ratificado por el mismísimo FBI que Atta era el cerebro del atentado el que coordinó y dirigió las operaciones, el que lideraba a los demás combatientes:

“Funcionarios de Estados Unidos dicen que es posible que Atta llevara su plan a Representantes de Al-Qaeda, y que Bin Laden lo aprobara y aportara fondos, logística y apoyo y planeación por medio de sus lugartenientes. Mientras las autoridades rehacen los movimientos de Atta en los Estados Unidos y Europa, los investigadores han llegado tentativamente a la conclusión de que él fue el enlace primario entre los 19 terroristas”.
26-09 2001. Mohamed Atta habrá sido el coordinador de los atentados. David Pace. Associated Press. Washington

Según la revista alemana Der Spiegel “Mohamed Atta era el cabecilla del grupo, el más tranquilo de los diecinueve homicidas del 11-S”.

“Investigadores estadounidenses consideran a Mohamed Atta el cerebro, el organizador de los atentados del 11 de septiembre, el cabecilla de los diecinueve secuestradores suicidas” Dice el periodista y corresponsal de guerra Manuel Leguineche en su libro “Recordad Manhattan”

“Todo hace suponer que Atta era el vaso comunicante entre los comandos. Su nombre y su teléfono fueron utilizados por el resto de los secuestradores”
El senador Charles Grassley, comentario después de tener acceso privilegiado a la investigación. (Crónica el Mundo, 30 septiembre 2001)

2 octubre 2001, El País. Rosa Townsend.
El FBI asegura que este terrorista egipcio fue quien coordinó las finanzas y la operación. Mohamed Atta recibió dinero desde Pakistán en 2000.

13 octubre 2001. James Risen y Stephen Engelberg del New York Times.
Los atentados fueron una iniciativa de Mohamed Atta. Ossama Bin Laden los habría autorizado y financiado, pero no fue su idea.

“De hecho funcionarios de Estados Unidos ahora examinan activamente la posibilidad de que los ataques del 11 septiembre fueran principalmente iniciativas del hombre que ahora se considera su coordinador local”.
Pilar Portero El terrorista perfecto. Perfil del cabecilla del atentado del 11-S. El mundo, especial aniversario.

3. Bin Laden/FBI. Atta fue el líder.

Curiosamente en el mismo vídeo de Bin Laden, supuestamente “fabricado” por el FBI, el propio Bin Laden reconoce la autoría y dirección de Atta en los atentados, y afirma que fue Atta, quien decidió los objetivos, y el momento del ataque. Así incluso los que crean en la ficción del vídeo como prueba, deben reconocer la autoría y autonomía de Mohamed Atta. Eso lo desarrollamos en el capítulo 8 al analizar la construcción de la versión oficial

En el siguiente artículo un articulista del ABC, después de certificar la autoría de Bin Laden, basándose en todas las pistas de investigación oficial, y de considerar a los 19 terroristas simples peones de Bin Laden, reconoce el liderazgo de Atta: “En la universidad técnica dirige una asociación de estudiantes musulmanes y tiene sobre todos ellos una especie de magnetismo notorio. Su ascendencia sobre el resto de compañeros musulmanes no sólo se plasmará en los años universitarios. El 11 de setiembre será el jefe del comando terrorista y estará al mando del primer Boeing”
Jiménez, ABC, Fecha: 04.09.02

Comentarios:

En esta sección se pueden añadir cientos de opiniones de analistas, historiadores, y observadores que muestran y demuestran la autoría de Atta y su liderazgo. Resalté las citaciones del país y del NYT, pero se puede completar con muchas otras citas de los demás periódicos reproducción las fuentes del Gobierno.

Pero, amigos lectores, no se crean que estas informaciones en letra pequeña, les quitara el sueño a los mentirosos del Pentágono. Fueron silenciadas, o publicadas en letra pequeña, enterradas a partir de miles de artículos de Bin Laden, a partir de portadas sobre Bin Laden, Al Qaeda, i los fundamentalistas islámicos. No tienen ninguna incidencia.

El FBI investiga a Atta y su grupo. Es la mayor investigación de la historia; mientras públicamente va acusando y señalando a Bin Laden. Son dos investigaciones al mismo tiempo: los miles de agentes que buscan más indicios sobre los autores del 11 de septiembre, y los que crean la trama y la persecución al chivo expiatorio y a la nebulosa Al Qaeda en los medios de comunicación.

4. El NYT, especialista en nadar y guardar la ropa.

El NYT le dedica algo más de atención al grupo Atta. Se callan algo menos, el NYT no nos dice todo lo que saben. Por un lado reconocen la autoría y el liderazgo de Atta, pero lo hacen sin contradecir la versión oficial de la autoría de Bin Laden desde las montañas. Los periodistas del NYT afirman que el multimillonario Bin Laden dio el permiso, y que fue el financiero (¿de los cuchillos? ¿No sabían que a Bin Laden el gobierno Clinton le quitó el dinero, le bloqueó el dinero en 1998? El NYT relega a Bin Laden a financiero y Sumo pontífice que dio la bendición a la acción (así suponemos no recibieron las iras y los odios de Bush y sus seguidores) y se acerca a la verdad al decir que Atta fue el responsable, organizador y ejecutor del atentado. Es el arte de mentir a medias en beneficio del Imperio.

Pero el peor de todos de los corresponsales fue precisamente el de Hamburgo, ciudad de los autores del atentado. Vino a Barcelona a darnos lecciones y hacernos propaganda para la guerra, como en estas malas películas de Hollywood en la que tratan a los europeos de débiles y ellos los fuertes, defensores de la Civilización de Occidentes. Nos presentó de infantiles y malcriados, y en cambio ellos de viriles y valientes defensores de Occidente peleando. La guinda fue el insulto de cobardes, que nos escondemos como el avestruz, y nos justificamos hablando de los derechos humanos.

Este personaje, el embajador cultural del NYT para Europa, es el que empezó a difundir las mentiras que luego reprodujeron el NYT y los demás periódicos de occidente. "Lo que sí está muy claro sin embargo es que hace dos años sus hábitos comenzaron a cambiar. (Repite la explicación del Pentágono que los universitarios de Hamburgo, quienes no eran islamitas, ni religiosos fundamentalistas empezaron a cambiar. Es la primera mentira necesaria para convertir a estudiantes nacionalistas en islamistas integristas, wahabíes de Bin Laden). Pidió a la Universidad una habitación para rezar junto con otros 20 estudiantes árabes,(Otra mentira, los mismos periódicos alemanes, las conversaciones con los profesores de la universidad, relatan que en la sala de rezos que pidieron encontraron todo de ordenadores. Este corresponsal debía informar al menos que el pequeño grupo de Hamburgo que según el juez no eran más de siete (20 son los que participaron en los ataques) si rezaba lo hacia conectado con Internet, seguramente tenían el correo electrónico o la Web de Alá y allí su Alá les orientó en como podían castigar a los malos e insolentes gringos. Si este maldito corresponsal pensaba que la sala de rezos era para rezar debía por decencia como mínimo explicar que se comunicaban y rezaban por Internet y por ordenador. Eso de la barba es otra mentira. Logró con ello enredar al mundo por que se lo creyeron, pero este maldito embustero de la CIA del NYT, debía decir quien como donde, y que sus amigos de la CIA que tienen miles de documentación y datos sobre él al menos darle una foto para que documente sus mentiras en el NYT. se dejó crecer la barba y cambió el apellido de registro en la universidad, por elAmirals". Tampoco se cambió su apellido, ni su registro en la Universidad. En Alemania utilizó siempre su primer apellido el Amir. No se lo cambió. elAmirals, es su correo electrónico, que corresponde exactamente a sus apellidos: Mohamed el Amir al Sayyid Atta.

Siguiendo las mentiras del Pentágono, consigue presentar a Atta como fanático, un individuo al que cambiaron los islamistas, que se dejó barba, y empezaron los 20 árabes a rezar. Son mentiras. Los otros no rezaban. Y Atta no cambió en la cuestión religiosa. Hacía años que rezaba. Saben bien los del Pentágono que no son los rezos que les llevaron a atacar a los EE.UU., sino la toma de conciencia de que los EE.UU. es un país criminal, que sus periodistas lo disfrazan democrático y misionero. Erlanger sabe muy bien que el gran cambio que se operó en el grupo de Hamburgo no es religioso. Erlanger con sus mentiras fue preparando para el Pentágono los crímenes de Afganistán y de Irak. Al contrario, Atta últimamente bebía alcohol y salía con cabareteras. Este periodista es el primero en echar dardos para demostrar al mundo que no era una persona normal y corriente, sino un suicida idiotizado y fanatizado por el Islam.


OTROS INDÍCIOS DE LA AUTORÍA DE ATTA:

Chris Hedges, reportero de guerra del New York Times se interesó por Atta desde los primeros días.

El prestigioso periodista Chris Hedges, responsable del equipo de investigación del Nueva York Times (NYT), se interesó por Mohamed Atta, a quien consideraba el coordinador de los atentados. El corresponsal de guerra estrella del NYT, llegó a Tarragona para seguir los pasos Atta en sus dos viajes a España (enero y julio 2001). Decisión extraña de este gran periodista, que tiene olfato de donde está la noticia. Mientras los periódicos del mundo se dedicaban a reportajes sobre Bin Laden y el Islam, este corresponsal siguió las pistas de Atta en España y en Alemania. Pueden leerse la entrevista que le hizo Lluis Amiguet, periodista igualmente con olfato de personajes de actualidad, en la sección la contra de la Vanguardia. Chris Hedges ha sido corresponsal de 16 guerras y es director del Nueva York Times. Habla árabe y vino a Barcelona sólo interesado por la estancia de Atta en Salou. (La Vanguardia 7-10-2001) y ya en aquellos primeros días nos explica que Atta es la persona clave para el equipo de su periódico que investiga el 11 de septiembre.

El Sr. Hedges a diferencia de los señores Meyssan, Garzón, y los periodistas de los medios oficiales, en este días que su mismo periódico estaba a favor de la guerra, masivos, a los crímenes de guerra de los EE.UU. los llama crímenes y no daños colaterales, ni estabilización de la zona, ni búsqueda de terroristas.

Para este especialista político de gran renombre, los EE.UU. son culpables de masacrar a miles de árabes, de bombardear campos de palestinos, dar soporte a las dictaduras árabes y de pisotear los derechos humanos en todo el mundo y le explicaba a Lluis Amiguet “sobran razones para que nos odien”. Este testimonio hay que leerlo en clave contextual: primero este ex teólogo está bien informado, y la prueba es que unas semanas antes de la invasión de Afganistán aseguró que desgraciadamente Bush iniciaría la guerra a Afganistán, y además predijo que sería una masacre y un paseo militar, vista la diferencia de fuerzas. Justo cuando en los periódicos salían informaciones sobre la valentía de los afganos y que ellos habían vencido al imperio ruso, y que los americanos tendrían problemas. Chris Hedges prueba sus dotes de especialista, al predecir lo que vino unos días más tarde:
- la inminente guerra de Afganistán,
- los ataques a Afganistán no serían el final, sino el principio
- la victoria militar de los americanos (paseo militar),
- la destrucción de un pueblo y nuevas masacres.

Este señor, hablando árabe, en vez de ir a Palestina, Afganistán, Pakistán, Irak, Irán, etc. se va a Barcelona y se interesa por un personaje silenciado por el FBI y en los medios de los EE.UU.: Mohamed Atta.

Investigó a un preso, que supuestamente fue visitado por Mohamed Atta en julio, según la prensa. Esta información resultó ser falsa.

El FBI investiga al grupo de Hamburgo

El FBI investiga al grupo de Hamburgo, mientras la policía y la prensa distraen al público con el barbudo Bin Laden, y la guerra de religiones.
El FBI localizó e interrogó a los instructores de vuelos de Atta a los 20 minutos después de los atentados. ¡Increíble!

Esta noticia no proviene del FBI, sino del propio instructor, un joven canario de Las Palmas de Gran Canaria, que fue entrevistado en TV-5 el día del aniversario, el 11 de septiembre de 2002. El periodista Oneto fue el único de los tertulianos que resaltó, registró y preguntó al joven: “¿Estas seguro de que fue a los 20 minutos? Pues me parece increíble, aunque fuera media hora, ¿cómo podía saber ya la policía quien organizó el atentado y donde aprendió a volar?”

Esta información de que los autores materiales aprendieron a pilotar en los EE.UU. no salió hasta tres días más tarde, cuando lo supieron minutos después. Algo muy demorado, cuando la foto de Atta ya había dado la vuelta al mundo, y las denuncias de miles de ciudadanos inundaban al Pentágono.

El FBI, el mismo día 11 de septiembre, mandó a Alemania y a España la identificación de Atta como supuesto terrorista de los ataques a los EE.UU., y solicitó toda la información que se tuviera sobre Atta y su grupo. Al Gobierno español pidieron la información sobre Atta la estadía en España del 5 al 16 de julio.

Mientras Atta es rápidamente localizado, un año luego todavía no conocen los nombres de quienes participaron. Y más increíble todavía, se equivocaron en varios de los autores secundarios, que aparecieron viviendo.


Garzón es el primer juez en acusar a los islamitas vinculándolos a Atta.

Para el juez Garzón, como para todo el mundo Atta es el autor material. Y es el primer que adhiera a la mentira de Estado y detiene a inocentes, hecho que ha costado ya la muerte del oficial Teran en Irak, y la crispación y enfrentamiento con la comunidad islámica en España, perseguida y acusada injustamente, y denunciados sus militantes a las dictaduras que estaban combatiendo. A Garzón habría que darle el premio Nobel de las dictaduras y la manipulación

Garzón vinculó a los autores del 11-S (grupo Hamburgo) a alguno de los participantes de estas decenas de grupos islamistas, quienes para los norteamericanos, todos son integrantes de Al Qaeda, y dirigidos por Bin Laden.

Garzón al vincular con los autores de los ataques, se diferencia de las manipulaciones y mentiras del Pentágono, (los videos supuestos de Bin Laden, las acusaciones de atentados anteriores (verídicos o falsos), las interpretaciones descontextualizadas de los discursos de Bin Laden, en los que amenaza e incita a la lucha de liberación de los pueblos musulmanes sacando a los ejércitos de los EE.UU..

El problema es que estas vinculaciones que realizó Garzón son falsas, son calumnias, son maniobras políticas para atraerse a los cientos de periodistas norteamericanos y ser considerado por Bush y Aznar un gran juez. Bush y Aznar promocionan a Garzón y le ofrecen todos los medios de los EE.UU. y Europa para que sus afabulaciones, invenciones, mentiras, calumnias se transformen en certezas.

Desde auto de Garzón contra los islamistas, plagado de mentiras y falsedades, George Bush agradeció a José María Aznar “la información de gran ayuda facilitada por la policía española” (José María Irujo, 403, Der Spiegel). Lo único que facilitó Garzón fue acreditar como juez la mentira inventada por los políticos (Bush, Powell y toda la banda) difundida por el Pentágono y todos los medios a sus pies. Ningún juez de los EE.UU., se ha dignado ni rebajado, ni humillado, ni vendido por futuros cargos, ni por dinero, ni por fama, a acusar a inocentes para complacer a Bush, Aznar, Blair y a la banda de mentirosos de Estado.

Garzón lo ha hecho. Ha acusado a islamistas. Los ha convertido en chivos expiatorios, de formar parte de un grupo terrorista islamista de Al Qaeda, y les acusa de tantas muertes y heridos como los que acontecieron en los atentados del 11-S, es decir, del asesinato de unas 3.000 personas.

Se ha ganado fama mundial. En los EE.UU. no se le conocía. No les interesaba estas historias de Pinochet. Pero ahora, Garzón gracias a sus inventivas y obediencia deteniendo a islamistas, ha visto su foto en todas las portadas de los periódicos de los EE.UU.. Bush exigió a los jueces europeos detener a los islamistas que estuvieron en Afganistán, Chechenia, Yemen, a los que han estado peleando contra las dictaduras del Medio Oriente. Garzón fue el primero en obedecer con las detención, pero además hizo algo que él sabe hacer muy bien, vincular a los islamistas con los mismos atentados del 11-S. Garzón se sobrepasó, le puso demasiado celo a obedecer y cumplir, y sirvió en bandeja la acreditación judicial que necesitaba Bush, para hacer creíble la burda historia de Bin Laden, y tener una acreditación judicial que ni los mismos jueces americanos quisieron dársela.

Garzón experto en vinculaciones.

Garzón es especialista en vincular a ETA a quien moleste al régimen, o le critique a él. Garzón ha vinculado a ETA a Raimundo y a todo el mundo, por lo que lo de vincular los islamistas a Atta (grupo de Hamburgo) fue cosa fácil. Con el fantasmagórico auto contra los islamistas, Garzón merece pasar a la historia de los inquisidores, y del delito de encarcelar a inocentes con conocimiento de los hechos.

Garzón fue el primero de encarcelar a islamistas siguiendo las presiones del Gobierno Bush, que exigió a todos a los jueces europeos que se hicieran detenciones de los islamistas radicales asentados en Europa.

El juez Garzón acusó a un montón de inocentes y cabezas de turcos, salafistas y radicales, a horas luz de los atentados de Nueva York.

Pero a diferencia de los periodistas que avalan la teoría de la conspiración diseñada por el equipo Bush, tipo Ramonet y los de Der Spiegel, quienes nos explican la vinculación entre Bin Laden y Atta, con intuiciones, imaginación, y creencias personales. Baltasar Garzón, hombre que se las da de leguleyo, de justo y democrático, buscó la vinculación entre el grupo de Hamburgo con los islamitas radicales, con hechos. Garzón mostró pruebas (falsas, inventadas, pero mostró pruebas). Garzón mintió, Garzón engañó, Garzón desinformó, utilizó la prensa como es habitual en él, para engañar e intoxicar a los ciudadanos del mundo.

Quiso mostrar al mundo que era un Quijote, que él desde Madrid podía vincular Bin Laden a Atta, y convertir al grupo de Hamburgo en un grupo islamista radical. Garzón autorizó espiar desde 1994 a los militantes que luchan contra las dictaduras de los países árabes y musulmanes. (Una indecencia y agravio Garzón, que algún tendrá que dar cuenta).

¿Por qué lo hizo? ¿Cómo se le ocurrió empezar a vincular a los islamistas con el grupo de Hamburgo?

Garzón tiene experiencia en este tipo de manipulaciones políticas. Tiene la mano rota en vincular a los disidentes y resistentes con ETA, a los que le critican con ETA. Ha sido capaz de vincular a manifestantes callejeros con ETA, a los okupas de Barcelona con ETA, a los Batasuna con ETA, a los abogados de ETA con ETA, a los que defienden los derechos de los presos con ETA, a los nacionalistas vascos con ETA, a los nacionalistas de derecha con ETA, y a los que le critican con ETA. Y Garzón es algo chulo, mediático, porque a medida que vinculando, va encarcelando, para que su trabajo y su foto salga en los periódicos. Al Sr. Garzón hay que reconocerle que se ha esmerado en vincular Atta con los cabezas de turco de Madrid y todo los demás inocentes detenidos en España Garzón aprovecha algo que sabe hacer y ha estado haciendo con el apoyo del PP y con total impunidad. Ahora hace lo mismo con los musulmanes, siguiendo la doctrina de Bush y de Aznar que predica que todos los terroristas son iguales, y que hay que hacer la guerra a los terroristas. No tiene que imaginar nada, ni complicase en los autos. Las mismas afabulaciones, invenciones, las mismas pruebas, basadas en libros, escritos, diarios personales, cartas, conversaciones telefónicas, libros revolucionarios, libros de lucha, etc, sirven para acusar a los unos y a los otros. A sus invenciones hay que juntar las auto-acusaciones de los acusados mientras son torturados por los policías, y luego si no colabora, Garzón hace uso de su imaginación y dictamina: : “El presunto acusado es culpable porque no colabora, porque calla y debe seguir preso porque su comportamiento es sospechoso y sería un peligro dejar en libertar a estos presuntos criminales

Y mostrar a Bush que él, el superjuez estrella, es el más chivato de todos los jueces de Europa, que es el más osado porque no solo denuncia sino que va encarcelando, siguiendo las órdenes injustas, racistas, antidemocráticas.

Con estas detenciones Garzón está creando un caldo de cultivo de radicales en Madrid, que traicionados por España, y al ver que sus compañeros están ahora presos por las dictaduras de Yemen, Arabia Saudita, Argelia, Egipcio, Marruecos, porque desde 1994 el juez Garzón se dedicaba a chivatear a todos los luchadores contra las dictaduras, a todos los que luchaban por más libertad y democracia en sus países, fueron traicionados por Garzón, la policía española. En el auto, se prueba como iban cayendo como moscas todos los militantes que mantenían contacto con el grupo de Madrid. Para postre, comprobaron que Garzón les condenaba a vida de un crimen no cometido, para hacerse el famoso en el mundo.

Ningún país democrático ha tratado a refugiados y a ciudadanos que luchan contra dictaduras tan perramente, tan criminalmente, tan traidoramente como lo ha hecho Garzón con los islamitas de Madrid.

Los autos de Garzón, si hubiera democracia en este país, deben servir, para meterle preso por acusar a inocentes, por acusar a personas por su fe y creencia religiosa, por denunciar a militantes que actúan contra regímenes dictatoriales, por colaborar con las dictaduras más asesinas y causa de toda la violencia actual y futura. Y luego hay que revisar lo que ha cobrado en sus conferencia a estas dictaduras, donde el juez Garzón ha ido a dictar conferencias sobre democracia, corrupción, o lo que sea.


Vinculaciones: Atta e inculpados de Garzón

Vean algunos ejemplos de las vinculaciones del juez. Los cito de memoria de este auto que es una pieza de antología para darse cuenta del sistema inquisicional que está imperando en la actualidad y los abusos que puede cometer un juez y del estado lamentable de la Justicia en España,

Atta estuvo en el casamiento de un amigo de la universidad. En este casamiento estuvo también un amigo de los amigos inculpados por Garzón. (Si tuviéramos que detener a todos los que han cenado con Franco y otros generales españoles, y a los amigos de personas que han comido con Franco y demás criminales de guerra, nos quedaríamos sin gobierno y encarcelaríamos a muchas honorables personas, que en la actualidad detentan la mayoría de los poderes en la España actual.)

- Garzón aseguró que Atta vino a España a una reunión para ultimar los atentados, la gran cumbre de España.. Estas imaginaciones de Garzón salieron en los titulares en primera página en toda la prensa. Teniendo los teléfonos de los que inculpó bajo escucha, sabemos que no hubo ninguna llamada de Atta a los religiosos de la mezquita inculpados. Atta hizo, según Garzón, su gran reunión en Tarragona para ultimar los atentados, no telefoneó a ningún musulmán, ni a ningún árabe. Desde los hoteles donde se alojó Atta, solo aparecen llamadas a casas para el alquiler de coches. Todos los musulmanes bajo escucha por Garzón no recibieron ninguna llamada ni durante la visita de Atta ni en lo largo de los años de preparación del atentado.

- La prueba maestra de Garzón es digna de un psicópata con ganas de salir en los periódicos: Una semana después del regreso de Atta a los EE.UU., alguien telefoneó a la mezquita preguntando por un tal Mohamed. Le respondieron que en este número no conocían a este tal Mohamed “X”. Y colgó. Para Garzón, como supo que la llamada provenía de Valencia, al lado de Tarragona, la vinculó a Atta, quien igual que la persona buscada coincidía en que se llamaba Mahommed. También vinculó a Atta la equivocación del número de teléfono: fue una táctica para no hablar... (Ver mi análisis sobre el auto de Garzón).

Sobre el auto de Garzón contra los islamistas de la mezquita a quienes acusa de Al Qaeda, da para hacer como mínimo un libro, y da material para inculpar a un juez demasiado servil a los poderes corruptos que padecemos.

“Las graves acusaciones del magistrado arrastraron a un ejército de periodistas norteamericanos, que viajaron a Madrid para investigar el caso ”
(Irujo 403)

“Todo es un montaje político de Bush, Aznar y Garzón. Mi marido es inocente, y no hay una sola prueba que le vincule a los atentados. Esto es como un mal sueño”.
Marisa Marín, madrileña esposa de Abu Dahdah, embarazada y con 4 hijos.

¿Cómo es posible que una simple mujer sepa más que miles de periodistas, que miles de funcionarios de la Justicia, que miles de analistas políticos? ¿Cómo es que una simple a quien no se le escucha, que habla con el corazón, con el sentimiento, con el conocimiento espiritual que tiene de su marido, que sabe que su marido es inocente y que por tanto llega a la conclusión de un ato magistrado. Ella una humilde mujer, ha hablado justo, con dolor, pero no con odio, como nos tiene acostumbrados los que mandan contra sus enemigos políticos.

Garzón salió en los periódicos y destrozó a 46 familias. Si no le hacemos pagar nosotros, los que nos llamamos demócratas, se lo harán pagar los islamistas.

Tras el 11-S, la lectura de estas conversaciones, la misteriosa cumbre de Mohamed Atta y otros pilotos suicidas en Tarragona semanas antes del ataque y la aparición del teléfono de la casa de Abu Dahdah en la agenda de Said Bahaji, uno de los aspirantes a piloto que residía con Atta en la casa de Hamburgo (Alemania) donde se planificó el atentado, empujó la detención de Los Soldados de Alá y llevó a prisión a los salafistas argelinos. Garzón mantiene en su auto que los vídeos de Ghasoub se enviaron a Al Qaeda y que son ’la información preliminar de los atentados contra las Torres Gemelas’.


El libro de Pilar Urbano

Pilar Urbano, la hagiógrafa de Garzón, se ha molestado en recopilar todas las mentiras del Pentágono, de la Mossad, del Gobierno español, y las afabulaciones de Garzón, en un libro dedicaado a Mohammed Atta, titulado “El jefe Atta. El secreto de la Casa Blanca”. Pitar Urbano considera a Atta, como el cabecilla y organizador de los atentados.

Ahí están juntas la mayoría de mentiras del Pentágono, que yo he ido recopilando a lo largo de más de dos años. Trabajamos el mismo personaje, la misma historia, los mismos hechos, pero analizados e interpretados de maneras opuestas. Ella reproduce las mentiras y las agranda, poniéndole algo de su imaginación. Yo me dedico a detectar las mentiras, a mirar el reverso, a deducir de los silencios, censuras, engaños, a ir a contracorriente, y a presentar lo que queda, atacadas las mentiras.

Las fuentes de la Sra. Urbano son significativas por sí mismas y ahorran la interpretación: el gobierno español, un general, y un embajador estadounidense, la CESID, los israelitas de la Mossad, la CIA, un experto israelí en terroristas suicidas, y también la asesoraron el diarista Arcadi Espada, y también agradece a palestinos y a religiosos islámicos de Madrid. Urbano se las da de investigadora, pues nos asegura que ha contrastado cada una de las informaciones en este libro basura (Basura, porque desinforma, miente y manipula).

Pueden pensar que leer a la Urbano es perjudicial, y que no hay nada que sacar de ahí. Al contrario. Las mentiras no se construyen de la nada. Se fabrican con parte de verdades. Es apasionante ir viendo como pueden haber construido la mentira, para ver la parte de verdad.

Canal de Historia ha realizado un documental sobre su vida
“Canal de Historia, una TV digital, se trasladó a Egipto y Alemania países en los que vivió la mayor parte de su vida. El documental trata de reconstruir las principales motivaciones que pudieron conducir a Atta a protagonizar uno de los acontecimientos más escalofriantes de todos los tiempos.”

Desinformación sobre el liderazgo de Atta en los medios

Suicida durmiente, a la espera que le llamen para actuar.
Acólito de Bin Laden
Líder de los fundamentalistas kamikazes islámicos
Misogino
Conta los valores de Occidente. Odio a Occidente.

Mohamed Atta, autor real de los atentados

Mohamed Atta, autor real de los atentados

"Los hechos no necesitan demostración. Los hechos no se pueden demostrar. Cuando un hecho necesita ser demostrado o cuando puede demostrarse, entonces ya no es un hecho, sino una construcción; una construcción patentizada.

La verdad es la verdad. No se puede introducir en la ecuación ningún otro concepto en lugar de la verdad que no sea la verdad misma. Y la verdad no necesita demostración (ni puede demostrarse) lo mismo que los hechos.

Lo único que puedo hacer es reconocer un hecho como hecho y tratar de hacerlo reconocible o, cuanto menos, comprensible a otros hombres como tal hecho."
Ret Marut (B. Traven)

Empiezo, amables lectores, exponiéndoles mi dificultad a probar un hecho real, la autoría de Atta, autor material de los atentados reconocido por todas las policías del mundo, los investigadores judiciales alemanes, y los investigadores del Congreso de los EEUU.

De entrada probamos la existencia de Mohamed Atta, y su participación en los ataques del 11-S. No hay ninguna duda sobre su existencia, su estadía en Alemania, España, en los Estados Unidos y en el avión del atentado. Su última noche ha sido filmada y su acción también. Se ha certificado su autoría material. Mohamed Atta nunca escondió su identidad, y nos dejó a menudo el rastro de su nombre y identidad en sus compras mediante visa. No le importaba que la policía rehiciera su vida minuto a minuto el día después.

A Atta no le molestó dejar huellas en su quehacer cotidiano, en las gestiones previas a la acción. Se camufló en uno más de los millones de inmigrantes del Medio Oriente. Y como uno cualquiera de nosotros fue dejando su firma y la imagen de su cara, ante las cámaras orwelianas, los ojos del Sistema, que miran sin ver. Las mismas cámaras del sistema, los mismos bancos del sistemas, las compañías de avión que atacó, la misma policía, el FBI, la CIA son evidencia de la autoría real de Atta:

- Atta reserva el billete de avión para el día 11 septiembre y paga con tarjeta visa y con su propio nombre. Paga y gestiona el billete de su amigo Alomari.
- No se esconde ante las cámaras, ni se disfraza.
- En Alemania utilizó su propio nombre oficial en sus modalidades: Mohamed Amir, Mohamed Atta
- La solicitud a varias de esas escuelas de aviación para realizar el curso de piloto.
- En los Estados Unidos se inscribe al curso de pilotos con su nombre.
- Solicita visado de estudiante de piloto con su propio nombre
- Solicita un crédito para la compra de un avión al INS Ministerio de Agricultura con su nombre
- Se saca el permiso de conducir en Florida con su nombre
- Utiliza cuenta bancaria a su nombre.
- Paga hoteles, restaurantes, coches de alquiler con su tarjeta visa a su nombre
- Se inscribe en las bibliotecas a su nombre.
- En España viaja con su nombre. Firma en los hoteles con su nombre. Telefonea desde el hotel a su cuenta y a su nombre
- Podemos rehacer el itinerario de Atta, porque muchas actividades las hacía utilizando visa, e inscribiéndose con su propio nombre real.
- Aparece su pasaporte después del atentado encima de las cenizas de Manhattan
- Tiene doble pasaporte, uno yemení, que es el que normalmente utilizaba y otro egipcio, que es el que apareció en la zona cero todavía humeante, los dos con las mismas señas de identidad.

Las cámaras de control del aeropuerto nos demuestran que era realmente Atta quien viajaba, y que no se trataba de algún terrorista que hubiera utilizado su pasaporte.

Una azafata del vuelo telefoneó a la policía con su móvil señalando al pasajero que estaba en el asiento 8D, que correspondía, a Mohamed Atta, como el jefe del comando que tenía secuestrado el avión.

Mohamed hizo una vida normal. Se la pasaban discutiendo en árabe en bares públicos, según testimonio del propietario de un bar de Venice, pequeño pueblo habitado mayoritariamente por jubilados. Van en gimnasios a entrenarse, en bibliotecas a prepararse igualmente. Y en las escuelas oficiales de aviación a prepararse para pilotos.

Conclusión:
No eran marcianos. Eran gente real, muy normal, quienes el 11-S hicieron algo nunca visto.
Con esta exposición, atacamos las teorías conspirativas que ponen en duda la participación de Mohamed Atta y sus amigos. Los dos más claros exponentes son:

a. Los que presentan la hipótesis CIA. Estas teorías tienen el lado bueno, de detectar las mentiras del Gobierno, y fallan al elaborar su hipótesis. Su talón de Aquiles es precisamente Atta. Si fue la CIA, ¿qué hacían en los aviones Atta y sus 19 amigos árabes? Lo arreglan diciendo que era un pobre tipo. (Meyssan)

b. Los que presentan la hipótesis de la Mossad. El padre de Atta, aprovechó a los periodistas que le caían como moscas, para decir y repetir que los culpables eran los judíos, que su hijo estaba vivo después del 11-S.

c. Los que están contra la versión oficial por mentirosa, sin presentar ninguna hipótesis sobre la identidad de los autores, pero si sí muestra y demuestran la mentira de la versión oficial. Muchos musulmanes ven mentiras en la versión oficial e incongruencias.

Atta es el hombre clave de la acción. Sólo niegan su relevancia las hipótesis que consideran que los autores fueron la propia CIA, o la Mossad. El libro más conocido es La gran impostura del malabarista francés, el impostor Meyssan.
(Ver Libro 7, sobre las diferentes autorías)

 

Txema bofill

Diario de investigación:

Diario de investigación: “Atta attack Manattan”

Acabo de corregir la presentación de “Atta attack Manattan” Llevo un mes sin hacer nada. Quiero que este diario de investigación me ayude a peinar, acabar y mejorar la investigación que estoy realizando, que ya tiene cientos de páginas.

Retranscribo la introducción para no tener que explicar de qué trata la investigación. Seguramente es demasiado larga. Si no se entiende, estará bien que me lo hagan llegar. Ahora viene el trabajo más difícil para mí, el de la corrección y mejorar la redacción, y revisión de lo escrito.

Esta presentación es coyuntural, al igual que el título. He ido cambiando en el tiempo, tanto los títulos, como las introducciones. Es normal. Su función es la de resumir y reflejar el momento que se hicieron.

Hoy al corregir la introducción, ya la he retocado algo, insistiendo más en el lado nacionalista de los autores, que es, el meollo de todo el enigma, que rebrota en muchas partes, sin que sea explícito.

INDICE LIBRO: "ATTA ATTACK MANHATTAN"

ATTA ATTACK MANHATTAN

INDICE

PRESENTACIÓN DE LOS 11 LIBROS. 7
Mohamed Atta, el enigma 12
HIPÓTESIS: MOHAMED ATTA, EL AUTOR INTELECTUAL. 18
¿Por qué los EE.UU. negaron que fueron atacados por nacionalistas? 20
Reacción y manipulación de los spin doctors 22
LAS HIPÓTESIS EN BOGA. 23
Occidente 23
Región Islam 25
IMPERIO USA CONTRA “LA LIBERTAD” Y LAS LIBERTADES DE LOS PUEBLOS 27
LOS TOTALITARIOS, NEOLIBERALES, NEOCONSERVADORES. 27
Los think tank 28
EEUU sigue aliado con los religiosos del Islam. 31
Información silenciada sobre el grupo Atta. 39
Propagandistas de la versión oficial (autoría Bin Laden). 40
Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique 41
Sylvain Cypel, investigador de “Le Monde” 42

BIOGRAFÍA de MOHAMED ATTA 49
CRONOLOGÍA DE LA VIDA DE ATTA. 50
1 de septiembre de 1968 Nacimiento , Egipto.
24 Julio 1992, Alemania Hamburgo Mohamed Al-Amir 51
Febrero 2000. Conferencias. Universidad, Hamburgo 53
Enero- Marzo 53
Agosto 2000 55
Noviembre 2000 55
29 diciembre 2000. 55
4 de enero, 2001. Una semana a España 56
10 enero 2001. De Berlín a Miami EEUU. 56
2001. Atta interesado en conseguir avionetas 56
11 septiembre 2001. 60
Febrero 2002 62
Desde el 11 septiembre 2001 al 20 abril 2004 62

OPINIONES DE LOS AMIGOS, PROFESORES, FAMILIA, VECINOS 63
En Egipto 63
En Alemania 63
En los EE.UU. 65
Rudi Dekkers. Director de la escuela de aviación, EE.UU.. 65

AUTOR REAL DE LOS ATENTADOS 68

ATTA, EL CEREBRO 70
1. Según el fiscal general alemán 70
El encargo del FBI a Kay Nehm 70
La investigación del fiscal general 80
Vinculaciones: Atta e inculpados de Garzón 82
Desinformación sobre el liderazgo de Atta en los medios 84
El enigma 85

OTROS CEREBROS DEL 11-S 86
Jalid Sheik Mohamed 86
Del Informe de la Comisión dependiente 89
Ramzi Binalshibh 91

ARQUITECTO 97
Mohamed Atta, arquitecto silenciado. 97
Acción arquitectónica 98
Preguntas sobre el enigma Atta, en tanto que arquitecto 98
De la renovación urbanística a la destrucción edificios 99
1. Reconstrucción urbana. Hamburgo desde 1992 a 1998. 99
2. . Destrucción de los edificios simbólicos de los EE.UU. Hamburgo-EE.UU., 1999-2001. 99
Ataque a los edificios simbólicos del poder Mundial 101
Interpretaciones casuísticas de su intervención urbanística 103
Compromiso político. 105
Los valores de Occidente 106
Ataque al poder simbólico para destruir el poder real 106
¿Las torres cayeron por casualidad? 107
La censura de la CIA al descubierto 110
INVESTIGADOR DE LA ARQUITECTURA. 111
La Dedicatoria. Tesis doctoral 111
Construyen maqueta del Pentágono en Hamburgo. 113
Ataque a las torres gemelas 114

ACTOR EN HOLLYWOOD 115
Teatro y actuaciones públicas de Atta 116
Teatro de Atta en España. 118
Teatro de Atta en los Estados Unidos 118
El teatro del 11-S, táctica y estrategia de combate. 118
Ensayos para la representación final 121

ACCIÓN DE CINEASTA Y CINEASTA DE LA ACCIÓN 122
Su pasión por el cine, lo distancia de Al Qaeda 123
Indicios: 123
Las autoridades acusaron a Hollywood (instigador...) 124
Director, realizador y protagonista de la película 11-S. 127
Máxima Audiencia 129
Mínimo presupuesto 129
Los más espectaculares efectos especiales y reales. 129
Máxima participación del público 130
Documental real. 130
Realizador documental “Reality-attack in Manhattan”. 132
Clímax diabólico 133
Guión no imaginable, hecho realidad 133
Teatro dentro del teatro. 134
Documental de terror 135

11-S: UN DOCUMENTAL ESPECTACULARMENTE REAL 136
La anticipación y filmación del atentado. 138
Atta, director cine, realidad filme. 140
Aficionado a laspelículas de acción. 142
ESTRATEGA MILITAR 143
La estrategia 145
POSIBLES CONOCIMIENTOS MILITARES 146
Amigo del Comandante Masud. 146
Lecturas 148
El Che y Atta. Comparemos 149
Guerrilla global y tecnológica. 152
Guerra de guerrillas. 152
Sun Tzu “El arte de la guerra”. 154
Bush no se leyó a Sun Tzu 155
La guerra por cólera, condenada al fracaso 155
RAF, Banda Baader 157
Jugador de ajedrez. 158
Partida en el tablero mundial 160

CARACTERÍSTICAS PERSONALES 163
Autoformación permanente. 163
Pedagogía de la acción: “Cualquiera puede atacar al Imperio” 163
Aprender del enemigo 164
violento y suave. 165
hierbero 168
¿Creador? 169
¿Misógino? 169
EL AMIR, PRÍNCIPE 172
Comparemos. El amir Ataturk 175

lA ESPIRITUALIDAD DE ATTA 177
EL TESTAMENTO “CRÍPTICO” DE ATTA. (FBI) - prueba 177
Contexto del testamento. 178
Otro escenario posible. ¿Por qué llevaría encima un viejo testamento? 179
La importancia del testamento. 180
La carta a los combatientes. Guía espiritual. 186
El Corán en los aeropuertos. ¿Otro montaje? 189
Crisis religiosa a los 12, 13 años 190
La barba religiosa de Atta 191
Contra el fundamentalismo de BUSH 196
Al revés. Sala de rezos en la universidad 197
Nulo caso a las fuentes primeras. Padre Atta 198
Publicidad a las informaciones mentirosas 199
Atta entre la tradición y la modernidad. 200
Influencia de los faraones. “Los egipcios somos faraones” 202
Las pirámides y las torres gemelas. 203
Fundamentalistas. 205
PILOTO. 206

LA FIRMA críptica DEL ATENTADO 207
Escenificaciones (posibilidades) 207
La firma del atentado , según Ramonet. 209
Mis en abyme. 210
2. Firma críptica: América Under Attack 213
Los titulares de periódicos 12-S 2001. 216
Norteamericana está bajo ataque, le informaron a Bush 218
Un manual de pilotaje de aviones en lengua árabe. 219
La estatua de la Libertad 219
Atta, número uno (1) 222
MOHAMED ATTA ¿ESPIA? 224
¿Quién del grupo Atta fue espía, convertido en contra-espía? 224
Los EE.UU. acusan a Atta de contactos con espías reconocidos 225
Vinculación Atta con servicios secretos pakistaníes y CIA 227
Vinculación de Atta a con espías israelitas 228
Atta en España seguido por la Mosad 230
Atta relacionado con agentes de la CIA, las escuelas de aviación 232
TIRO POR LA CULATA, la guerra sucia de la de la CIA 233
Crédito de avioneta en el Ministerio de la Agricultura. 233
Contraespionaje. Consiguieron infiltrarse. 233
Informe de un espía saudí amigo del grupo Atta a Bush 235
Atta espía. Cambió de política. 235
Al'Shehhi, espía 237
Relaciones de la Mossad y Atta 238
El programa de Ayuda contra el Terrorismo (ATA) del Departamento de Estado 239
Enigma: la identidad del buscador y del buscado es el mismo. 241
Atta, crítico. 244
LA FAMILIA DE ATTa. El padre Y LA MADRE de Atta 245
Mi hijo es inocente. 246
Contra Estados Unidos 246
Las estrategias del Sr. Atta 247
Las mentiras contra el padre de Atta 248
El apego a la madre. 250
Imaginemos un escenario edípico: 251
Su novia Aymal. 255
EL FILOSOFO. PRINCIPIOS 256
El presente contra el futuro. “Gocen la acción” 256
ATTA EN ESPAÑA. 259
GUERRA AL GRUPO Atta 261
ATTA SILENCIADO. 261
Silencio de Bush 262
Publicidad a las teorías que niegan la autoría de Atta. 263
Mentiras y desinformaciones sobre ATTA 266
La foto oficial de Atta, deformada 267
VINCULACIONES MENTIROSAS SOBRE ATTA. 268
Lo vincularon con Afganistán. 268
Vinculación de Atta con Irak, Sadam 269
La vinculación de Atta con el ántrax 274
Vinculación con Cuba 274
Lo vincularon con Bin Laden, vía Siria. 274
Vinculación a ETA. 276
Vinculación grupo Atta, predicadores de la mezquita de Hamburgo. 277
Vinculación judicial con Bin Laden. Garzón. 278
Vinculación Atta – Bin Laden negada por la Justicia (Prueba Nehm ) 279
No hay vinculación entre Atta y Bin Laden. 281
Sobre las vinculaciones. Teoría. 282
Reconocimiento póstumo 283
Silencio de estado sobre Atta y los rebeldes 284

COMPAREMOS. 284
La Revolución silenciada en España- 1936 284
Antifranquistas silenciados. 285

MOHAMED ATTA según LOS MEDIOS 286
Hechos: 286
LA CIA Y EL FBI 286
LOS ANALISTAS 288

Escritor, Tierry Meyssan 288
Mentiras de prensa sobre Mohamed Atta. 288
Atta se cambió, se transformó 288
Cesar Vidal, 289
LIBROS SOBRE ATTA. 291
Jefe Atta de Pilar Urbano 291
“Los combatientes de Alᔠde Der Spiegel 291
Entrenado por Abu Nidal, en Bagdad. 293

IMITACIONES 294
“Brigada Mohamed Atta-Al Qaeda” 294
¿Fueron las pruebas contra Bin laden un regalo venenoso del grupo ATTA? 295
Investigan a Atta y designan a Bin Laden 296
MENTIRAS Y DESINFORMACIÓN DEL GRUPO ATTA 297
La mentira empuja a los EE.UU. al unilateralismo 297

EL GRUPO ATTA TRANSFORMADO EN “AL QAEDA”. 299
No es una guerra. 300
El 11-S no es la Yihad. 301
El grupo Atta no era religioso. 303
La desinformación, delito de Estado. 303
Trama terrorista se urdió en España 304
El Tiempo es una variable a analizar. 309
Rice y la verdad de sus mentiras. 310

CONTEXTO 311
HAMBURGO, CIUDAD ESPECIAL, RESIDENCIA DE LOS TERRORISTAS.311
Historia de Hamburgo 312
Hamburgo ejemplo de resolver fatalidades. 313
EGIPTO 315

Resumen: ATTA, BUSH, BIN LADEN 316